Torra pugna con ERC para no quedar apartado en el diálogo con el Gobierno

Y no únicamente en el diálogo para desencallar la investidura, que de momento es una cuestión de partidos entre los socilaistas y los republicanos, sino sobre todo en la mesa de negociación que reclaman los independentistas al Gobierno central para buscar una salida al pleito catalán y que se constituiría después de la investidura. Quim Torra y Pere Aragonès airearon este miércoles en público la división que existe en el seno del Ejecutivo catalán y la guerra que libran los dos socios independentistas y dejaron claro que las elecciones catalanas condicionarán la investidura de Sánchez.

El vicepresidente de la Generalitat flexibilizó este miércoles algo la posición de los republicanos y llegó a decir que «no sería necesario» que Torra formara parte de esa hipotética mesa de negociación entre los dos gobiernos, si finalmente acaba creándose, un guiño hacia los socialistas que no reconocen al president catalán como interlocutor, pero un ninguneo hacia el president. «Hemos de tener flexibilidad. Si una parte decide enviar un determinado rango, la otra parte deberá enviar el mismo rango, esto es lógico en cualquier negociación», dijo en RNE. En JxCat saltaron con todo y acusaron a los republicanos de deslealtad. Llovía sobre mojado. Pues el propio Pedro Sánchez reconoció durante la campaña electoral contactos con Pere Aragonès, puenteando al presidente de la Generalitat. Esos contactos se han producido estos días a través del intercambio de mensajes. «Excluir al president Torra es no respetar las instituciones catalanas», advirtieron en JxCat, que no solo reclaman que se reconozca a Torra como interlocutor, sino también a Carles Puigdemont.

El propio Torra reivindicó en la Cámara catalana un papel protagonista en todo este proceso. En la víspera del primer encuentro entre el PSOE y Esquerra para negociar la investidura, el jefe del Ejecutivo catalán reclamó a Sánchez que se le ponga al teléfono. «Me tiene que llamar», expresó. «El presidente del Estado habla con el presidente de Cataluña y sobre todo le llama para poder hablar», reiteró.

Aunque ni JxCat ni el Govern están participando en las conversaciones para la investidura de Sánchez con los socialistas, Torra fijó las condiciones que ERC debería exigir de cara a la eventual mesa de negociación. A su juicio, debería formalizarse un diálogo casi entre dos estados. De Gobierno a Gobierno, de entidad política a entidad política y de presidente a presidente. «España y Cataluña deben reconocerse como dos entidades jurídicas», dos «sujetos políticos que deciden libremente una solución política, como Gran Bretaña y Escocia», remató. Hace falta «un diálogo serio y con contenido» que pasa, remarcó, por una negociación de Gobierno a Gobierno, en el que los presidentes se reúnan, y tomen todas las decisiones con total libertad». Una posición que está muy lejos de la mesa de partidos que ofrecen los socialistas y que se escapa también a las reuniones competenciales de la Comisión bilateral Generalitat-Estado. Para el jefe del Ejecutivo catalán, la parte catalana debe poder «defender la autodeterminación, la amnistía de los presos y el fin de la represión», pero, sobre todo, dijo, «lo que necesitamos son medidas de garantía que el diálogo funcionará». «El 'apoyaré' (la promesa estatutaria de Zapatero) ya lo hemos vivido», alertó.