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CRISTIAN rEINO
Barcelona
Domingo, 19 de julio 2020, 12:12
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha dado instrucciones para que se estudie la presentación de una denuncia contra el rey emérito Juan Carlos y contra Corinna zu Sayn-Wittgenstein y contra «todos aquellos que de una forma u otra hayan participado, ayudado, cooperado ... o encubierto las prácticas corruptas en las que presuntamente habría estado involucrado el anterior jefe del estado español y su entorno por un espacio de tiempo que aún está por determinar». «La corrupción se debe perseguir con independencia de quién participe», según han apuntado fuentes de la Presidencia de la Generalitat. «Todo el mundo es igual ante la ley», han recordado.
Torra calienta la visita que el jefe del Estado hará mañana a Cataluña. Felipe VI visitará el monasterio de Poblet, en Tarragona, y el jefe del Ejecutivo catalán ya le afeó la semana pasada el viaje, teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra Cataluña como consecuencia del rebrote de la pandemia. El Govern ha pedido a la población de Barcelona y su área metropolitana y a la del Segrià y la Noguera, en Lleida, que no salgan de casa, aunque las llamadas gubernamentales han caído en saco roto. El Rey tenía previsto viajar a Barcelona y Figueras, al menos así se publicó en la prensa catalana, pero al final la visita real, en el marco de la gira que está realizando el monarca por todas las autonomías, se limita a la pequeña población de Poblet, de apenas 700 habitantes.
Quim Torra ha señalado que, «a pesar de las dificultades de una denuncia de estas características», «no se puede mirar hacia otro lado ante hechos tan graves de los que presuntamente serían responsables no sólo el rey emérito, sino un grupo relevante de personas que no cuentan con inviolabilidad». El Palau de la Generalitat denuncia un «largo periodo de tiempo en que se habrían cometido estos presuntos hechos» y de «ingentes cantidades de dinero». Torra justifica la querella pues a su juicio es preciso determinar la integridad de los hechos, quién habría participado, quién responderá penalmente y quién tiene que asumir la responsabilidad civil ex delicto. Ésta correspondería, en primer lugar, a los que terminen siendo autores de los hechos y, después y subsidiariamente, a la misma Casa Real, según mantiene la oficina de la Presidencia de la Generalitat, pues asegura que es una «entidad con personalidad jurídica propia, con capacidad para obligarse y sin inviolabilidad que, llegado el caso, permita exigirle responsabilidades».
Desde su llegada al poder, Torra marcó una línea muy beligerante contra la jefatura del estado, en su política de gestos. Siempre asegura que el 80% de los catalanes rechazan la monarquía y que los catalanes no tienen rey. El presidente de la Generalitat decidió al poco de asumir la presidencia romper relaciones con la Casa Real, de tal manera que ningún miembro del Palau de la Generalitat acude a un acto organizado por la Zarzuela, ni siquiera si es en suelo catalán. La Generalitat tampoco invita al Rey a ninguno de sus actos. Si coinciden en alguno, es porque la organización corre a cuenta de otra institución.
El independentismo ha elevado el tono estos últimos días contra la monarquía. El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, calificó ayer a los Borbones de «organización criminal». La ANC y Ómnium han llamado a su militancia a manifestarse mañana frente al monasterio. «El Rey no paseará impunemente por Cataluña», advierten. «La monarquía corrupta y antidemocrática no es bienvenida a Cataluña», avisan.
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