Tormenta en el Gobierno por la elección para un cargo de Igualdad de una feminista opuesta al «delirio 'trans'»

Pero la recuperación por el PSOE de un departamento que se ha demostrado particularmente sensible tampoco apacigua los ánimos, con el agudo enfrentamiento entre las distintas maneras de concebir el feminismo -y su relación con el movimiento LGTBI- que estalló en el último cuatrienio como telón de fondo. La elección por la nueva titular del ministerio, la socialista Ana Redondo -receptora de la combativa despedida de Montero de la cartera hace poco más de un mes-, de Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres ha provocado una tormenta sobrevenida bajo el señalamiento de «legitimar la transfobia». Una borrasca que ha llevado ya a Sumar a trasladar su «desacuerdo» con el nombramiento por «los canales habituales» dentro del propio Gobierno, según confirman fuentes próximas a Yolanda Díaz.

La presión persigue que Igualdad revoque la designación de García, quien atesora un dilatado activismo por los derechos de las mujeres. Proveniente ahora de la consultoría en el sector privado, ha sido, entre otras cosas, responsable de Igualdad, Juventud y Deportes en la Diputación de Valencia y delegada LGTBI en la ejecutiva federal del PSOE entre 2017 y 2021, siendo la primera lesbiana en desempeñar ese puesto. El currículum de García es esgrimido por Igualdad como la evidencia de su vocación de «servicio público» y de su «defensa» de las personas LGTBI. La versión de sus críticos difiere radicalmente acogiéndose a los tuits en los que, bajo el lema 'Stop al delirio trans', la designada censuró la controvertida ley llamada a apuntalar los derechos del colectivo.

«Las mujeres 'trans' no existen», rebatió en su día García en las redes sociales, al tiempo que cargaba contra las teorías 'queer' -a las que se atribuye la concepción de la identidad sexual fluida- por «perpetuar el heteropatriarcado y borrar a las mujeres de lo político». Anoche, y tras horas lloviéndole críticas, recurrió de nuevo a Twitter, ahora X, para «lamentar» si alguno de sus «comentarios personales» pudo causar «alguna ofensa» y explicitar su «total y absoluto compromiso» con la «pionera» ley trans y los colectivos LGTBI+. Está por ver si este mensaje aplacará a Sumar y al resto de voces airadas.

Las tesis de la nueva cargo de Igualdad en el debate previo a la citada norma laten en la reacción que enfrentó a una parte significativa del feminismo, históricamente identificado, en buena medida, con el PSOE, con las nuevas corrientes de las que Irene Montero hizo bandera. Una Montero que ganó el pulso en el Gobierno por la ley 'trans' a la entonces vicepresidenta socialista Carmen Calvo y que ahora, junto a Ione Belarra, exige la destitución de García al calor de las asociaciones LGTBI que deploran su elección.

Mientras miembros de Podemos se cobran facturas pasadas ironizando con que Sumar haya descubierto las bondades de que Montero dirigiera Igualdad, Elizabeth Duval, la escritora, activista transexual y portavoz de Feminismo, Igualdad y Libertades LGTBI+ de la coalición de Díaz, incidió ayer en que la aludida «no puede estar al frente» de Instituto de las Mujeres porque «la transfobia no tiene cabida en el Gobierno».