Toni Comín, el fiel lugarteniente con pedigrí socialista

Pero su trayectoria política no empezó con los posconvergentes. De hecho, fue uno de los líderes de 'Ciutadans pel Canvi', la plataforma catalanista que apoyó a Pasqual Maragall en 2003, para después pasarse al PSC. Más tarde se alejó de los socialistas catalanes y acabó integrándose en las listas de Junts pel Sí para las autonómicas de 2015. Lo hizo, de hecho, a propuesta de ERC, lo que le sirvió para ser nombrado posteriormente conseller de Salut del Govern.

Pero su marcha a Bruselas y su paulatino acercamiento a Puigdemont acabó por romper su relación con los republicanos. En el capítulo de disputas con ERC destaca, precisamente, el reproche por suspender la sesión de investidura del líder de Junts el 30 de enero de 2018, tal y como ordenaba la justicia. La ruptura definitiva, sin embargo, no llegó hasta que se presentó a las listas del partido de Puigdemont en las últimas elecciones europeas.

Comín es el menor de cuatro hermanos, hijos del célebre pensador y político Alfonso Comín, que murió a los 46 años tras una larga enfermedad y sin llegar a tiempo de ocupar su escaño por el PSUC. Comín padre –cristiano y de izquierdas– dejó tras él una impresionante producción literaria que hoy recoge la fundación con su nombre. María, una de las hermanas del nuevo candidato al 9-J, es una de sus directivas.

Además, el nuevo candidato a las europeas, que heredó de su progenitor la ideología y el Evangelio (es miembro del centro de estudios Cristianismo y Justicia), se licenció en Filosofía y Políticas con un posgrado en Humanidades. También ha sido profesor en la escuela de negocios ESADE.

Su plano privado tampoco ha pasado desapercibido desde que irrumpió en primera línea política. En 2006, Comín fue de los primeros políticos en 'salir del armario'. Y desde entonces mantiene una relación con un hombre nueve años menor que él, además de tener una hija procedente de Etiopía a la que ambos adoptaron en 2012 tras un largo proceso de cuatro años de trámites.

Aún está por ver quién acompañará a Comín en la cita electoral del próximo 9 de junio, ya que ni Puigdemont ni Ponsatí, que lideraron la candidatura en 2019, repetirán. Esta última, que se presenta con Alhora, el nuevo partido que ha creado con el filósofo Jordi Graupera, será, de hecho, su rival en las catalanas del 12 de mayo. Los tres han sido inseparables en Bruselas los últimos años, pero –en el caso de la exconsellera– la complicidad se ha transformado en casi animadversión. Ponsatí rechaza el volantazo que, a su juicio, ha efectuado con sus pactos con los socialistas Puigdemont, a quien acusa de no dar pasos reales y efectivos hacia la independencia. Mientras que el expresident le reprueba a ella su ingratitud con Junts, con quien consiguió ser eurodiputada en 2019.

Entretanto, la unidad entre las fuerzas independentistas en la cita electoral del 12-M brilla por su ausencia a diferencia de 2015 con la candidatura conjunta de Junts pel Sí. La comparecencia de Pedro Sánchez de ayer en el Congreso, de hecho, dejó un intercambio de recados entre Junts y ERC. El portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián –que regresaba a la Cámara Baja tras varios meses de baja paternal–, apuntó que su partido «no pactará con el fascismo, aunque este tenga una estelada como un camión de grande», en referencia a la ultra Aliança Catalana. Y también lanzó un dardo directo contra Puigdemont al señalar que, en su opinión, «las elecciones catalanas van de lo que le pasa a la gente en Cataluña y no de lo que le pase a una persona».