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Cristian reino
Barcelona
Sábado, 17 de septiembre 2022, 19:14
Las relaciones entre ERC y Junts se han envenenado tanto, que en estos momentos todo es posible, incluida la ruptura del Govern. Ambas formaciones, socias de gobierno desde 2015, se enfrentan a dilemas endiablados y las dos tienen sectores favorables a la ruptura y a ... la continuidad.
Junts está ante un todo o nada: salvar el Govern o salvar la unidad del partido. Carles Puigdemont y Laura Borràs presionan para salir del Ejecutivo y en el caso de la expresidenta del Parlament, amenaza con escisión. ERC está en la misma situación: o cede ante Junts y crea un estado mayor del independentismo, situando a Puigdemont de nuevo en el puente de mando, y además rompe la mesa de diálogo y la alianza con el PSOE en el Congreso, o el Ejecutivo catalán salta por los aires.
Y en este último caso, Aragonès estaría ante una siguiente disyuntiva: gobernar en solitario, con apoyos externos del PSC y los comunes, dinamitando la mayoría secesionista, o convoca elecciones. Con el riesgo de regalarle la victoria a los socialistas. En la cúpula republicana ya admiten que quien se está frotando las manos ante la guerra independentista es el PSC. Podemos pagar caro tanto hablar de nosotros todo el día y olvidarnos de los temas que ahora preocupan a la gente (precios, hipotecas y energía), reconocen en la dirección republicana.
Son conscientes de que pueden profundizar aún más la desmovilización en el independentismo, que en las elecciones autonómicas de 2021 ya perdió 700.000 votantes que se quedaron en casa. Pero aun así, nadie frena de momento en las hostilidades: el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, y la presidenta postconvergente, Laura Borràs, cargaron este sábado con todo.
ERC celebró consejo nacional ordinario, en el que aprobó algunos cambios para reforzar la cúpula y preparar el congreso de noviembre, que ratificará el liderazgo de Junqueras y Marta Rovira. El exvicepresidente de la Generalitat acusó a los junteros de «taparse las vergüenzas y los casos de corrupción» con la ayuda del PSC. Junqueras hurgó en la herida de sus socios y reclamó a los dirigentes que no comparten la «confrontación continua», es decir, los que no son partidarios de dinamitar el Govern, que no se dejen arrastrar por los rupturistas, entre ellos Laura Borràs.
La expresidenta del Parlament, que no perdona a ERC que votara junto al PSC para apartarla como presidenta, arremetió contra el «fuego amigo, que es el que hace más daño» y afirmó, en Vilaweb, que el Govern «no avanza hacia la independencia, sino al contrario, recula». Un dardo contra Pere Aragonès, que se resiste a variar el rumbo de su mandato, como le exigen los junteros, que le presionan con otra disyuntiva: cumplir el acuerdo de gobierno con Junts o con el PSOE.
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