La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, al dar cuenta de las objeciones de su grupo a la limitación del alquiler temporal. Efe

Los socios avisan a Sánchez de que o amarra a Junts o puede dar por muerta la legislatura

El Gobierno se aferra a la aversión al PP y Vox y Puigdemont replica que no cederá a «chantajes ideológicos»

Miércoles, 18 de septiembre 2024, 21:08

El Gobierno se afana en restar trascendencia a los zarandeos y amenazas de Junts, pero los socios parlamentarios advierten a los socialistas de que se equivocan si se limitan a dar por sentado que, a la hora de la verdad, la formación independentista ... no llevará la legislatura a vía muerta porque no le conviene. El aviso más directo lo realizó este miércoles el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, durante la sesión de control al Ejecutivo. «Llevan tiempo diciendo que Junts no se va a atrever a ir con quienes pegaron a los catalanes 1 de octubre, con quienes niegan la nación catalana», dijo frente a la convicción del PSOE de que no hay mayoría para una moción de censura. «Desconocen la enorme capacidad mediática de blanqueamiento de esta gente», remató. No es el único que lo ve así.

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En las dos semanas transcurridas desde que comenzó el nuevo curso político, la formación de Carles Puigdemont no ha dejado de exhibir la posición de fuerza que le dan sus siete diputados, imprescindibles para alcanzar mayorías y aprobar los Presupuestos de 2025. Tras tumbar en julio por sorpresa la senda de estabilidad, antesala de las Cuentas públicas, y advertir hace unos días de su intención de volverlo a hacer la semana próxima, este martes Junts truncó la tramitación de la ley de alquileres temporales, una iniciativa del sindicato de inquilinos llevada a la Cámara por Sumar y respaldada por todo el bloque de investidura.

El socio minoritario de la coalición de Gobierno cargó este miércoles contra los posconvergentes y los acusó de haber actuado de forma desleal al cambiar el sentido de    su voto en el último momento – «tres minutos antes de la votación», según su portavoz parlamentario, Iñigo Errejón– para pasar de una abstención que habría permitido la toma en consideración de la iniciativa por 172 votos a favor y 171 en contra, al 'no'. Junts replica que su intención siempre fue hacer caer el texto y que cambió al ver que con la abstención no bastaría.

Errejón también mostró su confianza en que la legislatura no termine anticipadamente, pero en su partido no descartan que Junts acabe rompiendo la baraja. «Quieren demostrar que tienen la sartén por el mango. Hasta ahora lo ha hecho con cosas simbólicas, como lo de Venezuela, pero el martes cometieron un error. Es verdad que tienes el mango pero sin una sartén no tienes nada» avisan.

«¿Mentiroso o insensato?»

Rufián lleva tiempo asegurando que la derecha acabará gobernando en España con el apoyo de    los posconvergentes si la izquierda no hace nada para remediarlo. Pero el Gobierno atribuye esas advertencias a la lucha sin cuartel abierta entre ERC y su principal rival en el mundo independentista.

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En su intervención en la sesión de control, el republicano no solo enumeró los argumentos con los que, según dijo, Junts justificará su hipotética posición –«El PSOE y el PP son lo mismo»; «Nosotros somos Cataluña y pactamos con España» o «Feijóo al menos controla a los jueces»–. Además, y al igual que la semana pasada el PNV, advirtió a Sánchez de que no es viable gobernar «sin el concurso del Legislativo», como anunció en el comité federal del PSOE que hará si es preciso. «Se imagina que un paracaidista dijera: 'paso del paracaídas'? Pensaría es un mentiroso o un insensato. ¿Usted qué es?», le espetó .

Podemos comparte el diagnóstico sobre la deriva de la legislatura, pero su secretaria general, Ione Belarra, fue más explícita a la hora de responsabilizar al Gobierno de la actitud de Junts. «Haber renunciado a la regeneración democrática es lo que hoy está teniendo como consecuencia que sea imposible articular esa mayoría para cualquier otra cosa», dijo. Su principal critica es que Sánchez, que llegó a proclamarse víctima del 'lawfare', haya dejado fuera de su 'plan de acción por la democracia' a los jueces –a los que acusan, entre otras cosas, de boicotear la amnistía al 'procés' aprobada en el Parlamento– y que, en su lugar, firmara un pacto en materia de Justicia con el PP.   

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Los socialistas asumen que la situación es complicada, pero siguen creyendo que hay margen para que Junts apoye los Presupuestos. «Tienen que digerir la investidura de Illa», dicen. En el Gobierno dan por sentado que, una vez la formación independentista haya celebrado su congreso (en el que se prevé que Puigdemont vuelva a la cúpula del partido con cargo orgánico), las cosas cambiarán. «Tiene que redefinir su papel en los próximos tres años. ¿A qué jugarán, a votar con la derecha? Saben que eso les penaliza; en política la incoherencia se castiga», insisten. Puigdemont respondió, sin embargo, a ese vaticinio este miércoles mismo a través de un mensaje en la red social X. «Quizás están mal acostumbrados, pero con Junts no funcionan ni los chantajes ideológicos ni los embudos», escribió. «Cuando hayan digerido que un Gobierno en minoría no puede actuar como si tuviera mayoría absoluta, saldremos ganando todos», añadió.

Ya en el pleno, el diputado Josep Maria Cruset había advertido de que o el Ejecutivo cumple con la promesa de delegar a Cataluña todas las competencias de inmigración, incluido el control de fronteras que el Ejecutivo rechaza ceder , o sufrirá más reveses en las votaciones.

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