¿Qué supone llamar a consultas a un embajador?

Ante esta petición, el diplomático cuando recibe esta comunicación de su ministerio de exteriores ha de abandonar de inmediato el país donde se encuentra destinado y acudir al estado al que representa, ya sea de forma temporal o permanente. En el caso de María Jesús Alonso, embajadora de España en Buenos Aires desde 2022, su regreso es «sine die» como avanzó el ministro Albares en la declaración institucional de este domingo.

En la práctica, una llamada a consultas de un embajador implica en la mayoría de los casos una escalada en una crisis diplomática o en las diferencias entre ambos países. Un paso previo a la ruptura de relaciones y que, de facto, supone la retirada del cuerpo diplomático en otro país.

En el lenguaje diplomático, la llamada a consultas del embajador es una acción diplomática grave. En un escalón inferior se sitúa la convocatoria. Este último caso se produce cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores correspondiente llama al embajador de otro país en su territorio para expresar una queja.

En este encuentro a los diplomáticos se les puede transmitir la queja de forma verbal o a través de un documento (conocido como 'nota verbal'), entre otras fórmulas.

La última llamada a consultas de España la realizó el propio José Manuel Albares en 2021 con la embajadora española en Managua (Nicaragua). Una acción que realizó el Ejecutivo de Sánchez después de que la Cancillería nicaragüense denunciara injerencias por parte de España y se recurriera a los GAL o a Cataluña para criticar al gobierno socialista.

La anterior llamada se produjo bajo el mandato de Mariano Rajoy. En este caso, José Manuel García-Margallo, entonces ministro de Asuntos Exteriores, llamó a consultas a su embajador en Venezuela por unas declaraciones del presidente Nicolás Maduro sobre el Gobierno español, al que acusaba de «apoyar al terrorismo».