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Xabier Garmendia
Enviado especial a Riga (Letonia)
Martes, 8 de marzo 2022
Fue a tan solo 120 kilómetros de la frontera con Rusia donde finalmente pudo predicar la «unidad» que su socio le venía negando durante la última semana. El plegado de velas y las explicaciones de Podemos son suficientes para Pedro Sánchez, que se presentó este ... martes en la base militar de Adazi (Letonia) proclamando el 'todos a una' que sus aliados de la OTAN esperaban. «Es muy importante la unidad, también en España», reivindicó.
El presidente del Gobierno pronunció estas palabras en medio de una poderosa estampa al atardecer, delante de un imponente despliegue de carros de combate en plena nieve y acompañado del secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; y su homólogo letón, Arturs Krišjānis Kariņš. Un marco que Sánchez quiso aprovechar para reivindicar la contribución de España, segundo país que más recursos destina a la presencia avanzada reforzada de la OTAN en la república báltica.
Una vez hechos los deberes en casa, con el apoyo de la oposición y dando por zanjada la crisis con su socio de coalición, el mandatario socialista quiere que España recobre protagonismo en la respuesta unitaria de la UE y la OTAN ante el desafío ruso. Sánchez casi actuó de portavoz comunitario al agitar el fantasma de nuevas sanciones económicas «contra Putin y la oligarquía que ha crecido con su régimen», aunque no quiso detallarlas a la espera de la cumbre de Versalles que se celebrará entre mañana y el viernes. «Hay que aislarle», sintetizó.
Durante toda la jornada se le vio reconfortado al presidente del Gobierno por poder exportar la unidad doméstica fuera de las fronteras, un cambio de escenario que le resta un importante problema y que este martes dio paso a una sucesión de felicitaciones de sus aliados internacionales por el papel de España. El primero de ellos fue el mandatario letón, que agradeció su contribución creciente a la seguridad aliada. Y es que la próxima semana llegarán a ser 500 los efectivos españoles que estarán desplegados en la base de Adazi, 150 más que al inicio del conflicto.
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Pero también Trudeau y, sobre todo, Stoltenberg, con sendas felicitaciones a la contribución española a la defensa común, apuntalaron esa imagen que tanto anhelaba Sánchez. Con ambos se vio las caras antes en sendas reuniones bilaterales celebradas en Adazi, al nordeste de Riga, en la base del 'battle group' comandado por Canadá y en el que España es el segundo país con mayor presencia, por delante de otros como Polonia, Italia, Eslovenia y Albania. Allí el presidente aprovechó para pasar revista a las tropas y trasladarles mensajes de apoyo.
Desde tierras letonas el mandatario socialista también quiso hacer un nuevo llamamiento a los agentes sociales para «amortiguar» el impacto económico que sin duda generará un conflicto que parecía lejano hasta que empezó a tocar el bolsillo. Sánchez aseguró que ello tendrá su coste, pero advirtió de que éste sería aún mayor «si no actuáramos en contra de Putin, que pone en cuestión la seguridad de todo el mundo».
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