Secciones
Servicios
Destacamos
Pedro Sánchez no solo prevé celebrar una reunión con Carles Puigdemont, como la semana pasada anunció el secretario general de Junts, Jordi Turull. El presidente del Gobierno confirmó este martes, en una conversación informal con periodistas, que su intención es mantener «varias» entrevistas, tanto con ... el expresidente de la Generalitat, aún prófugo de la justicia, como con Oriol Junqueras, el líder de ERC al que indultó en 2021. Los encuentros tendrán lugar al margen de las mesas de negociación pactadas con ambos partidos a cambio del apoyo a la investidura y, según aclaró, sin participación de mediador alguno.
El hecho de que el jefe del Ejecutivo admitiera a las claras sus planes implica un cambio de estrategia. Hace unos días, después de que Turull desvelara que hace un mes que había pactado con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, una reunión «de presidente a presidente», todo el Gobierno, empezando por el propio Sánchez, se salió por peteneras y evitó dar por buena la información. El presidente tampoco la desmintió, pero jugó al despiste alegando que el único encuentro en su agenda era el que mantendrá este jueves con el presidente catalán, Pere Aragonés, y al que acudirá, según explicó hoy, junto al nuevo ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.
Durante la copa navideña que Moncloa ofrece cada año a los periodistas, Sánchez aparcó, sin embargo, cualquier eufemismo y esgrimió que entrevistarse con los líderes de los principales partidos catalanes es «coherente» con la política de «normalización» que está desplegando en Cataluña. Puigdemont no tiene cargo orgánico en Junts pero su liderazgo político está fuera de duda.
Noticia relacionada
La fecha del encuentro, que servirá para culminar la rehabilitación acelerada del expresident, iniciada después de las elecciones del 23 de julio cuando los votos de su formación se convirtieron en imprescindibles para la investidura, es aún una incógnita. El jefe del Ejecutivo apuntó, no obstante, hasta en dos ocasiones que no necesariamente esperará a que esté aprobada la ley de amnistía, que dejará a Puigdemont libre de cargas penales.
La norma ya ha empezado su andadura en el Congreso y aunque se tramitará por la vía de urgencia no es previsible que entre en vigor antes de abril. Algunas fuentes socialistas consideraban que podía resultar inoportuno que el presidente del Gobierno se reuniera con un prófugo y daban por sentado que Sánchez aguardaría. Él se mostró este lunes mucho más ambiguo al respecto.
En su entorno celebran que esté dispuesto a hablar de manera desacomplejada tanto de su relación con el partido de Puigdemont como con Bildu. «Ahora le damos a todo mucha importancia, pero dentro de unos años se nos habrá olvidado este ruido y el PP pactará con Junts con toda normalidad», alegan. A pesar del desgaste que reflejan las encuestas a poco más de medio año de las elecciones europeas, el presidente recordó el millón de votos que ganó en las últimas generales -tras los indultos, la derogación de la sedición y la colaboración parlamentaria con la izquierda abertzale- y se mostró confiado en que a medio plazo sus medidas serán asumidas.
Sánchez insistió en que la decisión de aupar a Bildu a la alcaldía de Pamplona mediante una moción de censura contra la alcaldesa de UPN, Cristina Ibarrolla, tiene una «clave muy local» y que no es una «contraprestación» por el apoyo a la investidura. Pero, del mismo modo, defendió la normalización del partido de Arnaldo Otegi, al que hasta hace poco exigía una condena expresa del terrorismo de ETA que nunca ha llegado a producirse. De hecho, no descartó unir también fuerzas con ellos para arrebatar a UPN los ayuntamientos navarros de Estella, Valle de Egüés y Barañain, «¡Si nos están llamando escoria!», justificó en alusión al insulto proferido por el líder de la formación conservadora, Javier Esparza.
Aun así, volvió a dejar claro que no contempla una alianza con Bildu en el País Vasco. Pero no por cuestiones éticas. «Con el PNV tenemos una alianza estratégica de presente y de futuro», subrayó. Como dijo Iñigo Urkullu, el Gobierno necesita esta legislatura los votos de todos sus socios todo el tiempo. Y no está en condiciones de agraviar a ninguno.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.