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No solo los partidos de la oposición, tampoco los principales socios del Gobierno están dispuestos a reconocer a Pedro Sánchez lo que él mismo considera una de sus principales fortalezas: el desempeño en política exterior. El presidente del Gobierno aprovechó este miércoles una comparecencia convocada ... para informar al pleno del Congreso de los resultados del último Consejo Europeo y de su último viaje a Marruecos para presumir de haber «elevado el perfil internacional de España» en los últimos años con su protagonismo en la UE frente a la crisis del covid, la guerra de Ucrania o, más recientemente, el conflicto israelí-palestino. Pero se encontró con más reproches que aplausos a un lado y otro del Hemiciclo.
Sánchez defendió que fue bajo presidencia española cuando la Unión Europea, en el último semestre de 2023, cuando se sentaron «las bases de los instrumentos necesarios para apoyar militar y financieramente a Ucrania en su lucha contra la crueldad de Putin» . «Fuimos también nosotros quienes, desde los primeros compases del conflicto en Gaza, exigimos en Bruselas que se pidiese un alto el fuego en la franja. Quienes reivindicamos la apertura inmediata de los corredores humanitarios y el mantenimiento del apoyo a UNRWA», dijo.
Reivindicó además su propuesta de celebrar un conferencia internacional de paz para Oriente Próximo. Y se arrogó la defensa de la solución de los dos Estados como «la única vía para que israelíes y palestinos puedan vivir en paz y seguridad». «Muy pocos nos acompañaron entonces. Algunos líderes (españoles y europeos) -dijo en un claro dardo al líder del PP- aún hoy se ponen de perfil. Pero, afortunadamente, la mayoría de Estados Miembros han abierto los ojos y se han sumado a nuestra posición, como quedó de manifiesto en las conclusiones del último Consejo Europeo».
En realidad, la solución de dos Estados es la tradicional posición de la ONU. Pero lo que ahora promueve el jefe del Ejecutivo español es el reconocimiento del Estado de Palestina como modo de presión a Israel, cuyos ataques sobre Gaza desde el pasado 7 de octubre han provocado un desastre humanitario y más de 30.000 víctimas civiles. Su propósito es hacerlo si no con el conjunto de la UE, al menos, sí con un nutrido grupo de socios y esta misma semana intensificará su ofensiva diplomática para lograrlo. Pero no cierra la puerta a una eventual actuación unilateral. «España está preparada», dijo hoy.
El líder del PP afirmó que su formación, que en 2014 apoyó una resolución del Parlamento que instaba al Gobierno a dar ese paso, no ha cambiado de postura, pero defendió que «el cómo y el cuándo es clave para contribuir a una solución permanente». »Tiene que ser fruto de un proceso negociador y tiene que contar con suficiente masa crítica de países con peso. Mientras no resuelva eso, y creo que no sabe cómo hacerlo -argumentó-, voy a pedirle que guarde la brocha gorda».
Feijóo admitió, de alguna manera, que el papel de Sánchez en política exterior es lucido, pero lo despreció tildándolo de puro teatro. «Le reconozco que disimula con facilidad; en algunos momentos parece usted la reencarnación de Gandhi», dijo en tono irónico. « Su política internacional es igual a nacional: bandazo tras bandazo, cada vez es más difícil fiarse de usted».
El dirigente popular ridiculizó que después de haber dicho como líder de la oposición que suprimiría el Ministerio de Defensa, ahora defienda -para enorme malestar de sus socios de coalición y aliados como ERC o Bildu- que Europa debe aumentar el gasto militar para hacer frente a amenazas como la de Putin. Pero también le echó en cara que «no hable» de Venezuela, utilizó el agradecimiento de Hamás y los hutíes del Mar Rojo por su posición respecto al conflicto en Oriente Próximo como ariete, y echó en cara que España haya aumentado en los últimos años las importaciones de gas ruso.
Feijóo no olvidó además otro asunto en el que coincide todo el arco parlamentario, a excepción del PSOE, la crítica por el cambio de posición sobre el Sáhara Occidental. Ningún grupo se ahorró el reproche al respecto. Y aun así no fue lo único que Sumar, ERC, Bildu o Podemos recriminaron. El portavoz del socio minoritario del Ejecutivo, Iñigo Errejón, llegó a exigir incluso a Sánchez que renuncie al compromiso de aumentar un 2% el gasto en defensa.
En su intervención, el presidente había defendido que siempre ha reclamado al resto de Estados miembros de la UE que rehuyan la «escalada verbal». «Esto es, ni terceras guerras mundiales ni soldados sobre el terreno, ni hacer de Europa una economía de guerra», dijo. Sin embargo, argumentó que hay que ser consciente de los «riesgos y peligros» que acechan y que Europa no puede conformarse con «adaptarse a la realidad geopolítica». «Necesitamos contar con las mismas cartas que tienen otras potencias, aunque solo sea para no tener que usarlas», esgrimió.
Los socios de la izquierda replicaron, no obstante, que lo que urge es buscar una salida negociada a la guerra de Ucrania para evitar que la guerra se enquiste. «Un Gobierno de izquierdas tiene la obligación y la responsabilidad histórica de ser prudente y liderar el camino hacia la paz. Deberíamos haber aprendido guerras se deciden por arriba y se sangran por abajo», argumentó Errejón. «Con Putin solo se puede empatar, como mucho. Y me molesta que se llame esto buenismo. Lo decimos con claridad, solo hay una solución y es diplomática», dijo también el portavoz de ERC, Gabriel Rufián. «Un Gobierno responsable no puede impulsar un escenario belicista -añadió Oskar Matute, de Bildu- . Seguir invirtiendo en la industria militar no es manera de desescalar nada».
Los tres grupos y también Podemos coincidieron igualmente en considerar poco ambiciosa la posición del Ejecutivo respecto a Israel. Todos reclamaron que se ponga fecha al reconocimiento de Palestina. La exministra Ione Belarra pidió incluso un Consejo de Ministros extraordinario para hacerlo mañana mismo y Errejón reprochó a Sánchez que haga un uso partidista de un asunto que forma parte del acuerdo de coalición por voluntad de Sumar. Pero además hubo una exigencia unánime para que cese la venta de armas al Gobierno de Benjamin Netanyahu. Algo a lo que Sánchez replicó: «Desde el 7 de octubre España no desarrolla ninguna operación de compraventa de armas con Israel. Niguna. Así que quédense tranquilos con eso».
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