La oposición encuentra en Díaz otro flanco para atacar a Sánchez, que pide unidad

La vicepresidenta segunda no era destinataria de ninguna de las preguntas registradas en el orden del día –solo participó en una interpelación urgente sobre empleo al final de la sesión– pero su nombre apareció en cada una de las intervenciones, haciendo evidente la estrategia de derribo. Empezó el martilleo a las nueve de la mañana Alberto Núñez Feijóo, que ironizó frente a Pedro Sánchez con que «la vicepresidenta ha dimitido un poquito». Se refería a su decisión de dejar los cargos orgánicos de su partido, pero permanecer en el Gobierno y al frente del grupo parlamentario de Sumar. Un «problema», según el líder del PP, que se sumaba a una suerte de calvario recorrido por Moncloa desde las elecciones europeas del domingo. «Y aún estamos a miércoles», añadió a modo de rejonazo.

Fue solo el aperitivo, la secretaria general del PP Cuca Gamarra recicló argumentario de Podemos para denominar a Díaz «ministra socialista». Dirigiéndose a la secretaria general de los morados, con la que se ha aficionado a compadrear cuando dispara hacia los diputados de Sumar, le espetó:«¿Recuerda usted, señora Belarra, aquello de Sumar con motor Podemos?». Una alusión que evoca a los tiempos del Magariños, cuando la vicepresidenta segunda dejó fuera de sus listas electorales a la exministra de Igualdad, Irene Montero. La misma candidata que el domingo se quedó a un solo eurodiputado del partido de la líder gallega. Tres frente a dos, respectivamente. Un resultado que agravó la situación de crisis por lo simbólico de un pulso entre ambas.

Vox, directamente, pidió la dimisión de la vicepresidenta segunda. «Mientras usted dimite o no dimite, las familias españolas no tienen dónde vivir y sufren para llegar a fin de mes», le espetó su diputado David García.

Pedro Sánchez también parece haber identificado la implosión del espacio político situado a su izquierda como un fenómeno negativo para la fortaleza de su Gobierno. El presidente salió al paso en una entrevista en RTVE para defender a Díaz, sobre la que reconoció tener «un aprecio total». «Ha sido uno de los principales activos del Gobierno en los últimos años», zanjó. El dirigente socialista, con gesto más serio, puso deberes a Sumar y al resto de organizaciones de izquierda que tras la dimisión de la líder gallega se encuentran ante la tarea de reconstrucción del espacio político. «¿Qué es lo que pido? Que acierten, porque es necesario una izquierda fuerte a la izquierda del PSOE para cuando lleguen las generales de 2027 o las autonómicas hacer frente a la ultraderecha de las tres cabezas: PP, Alvise y Vox», señaló.

Sánchez, que dice «respetar» este proceso, lo comparó con «la forma de hacer las cosas de la derecha», especialmente en referencia al PP. «La derecha hace las cosas distintas, no celebra un Congreso desde que le cortaron la cabeza a Pablo Casado, no se sabe nada del Congreso del PP. La izquierda es distinta, somos democráticos, tenemos una forma transparente de debatir, abierta», afirmó. El presidente, sin embargo, negó que la salida de Díaz como coordinadora de Sumar afecte al Gobierno o a «la agenda de progreso del Ejecutivo».