Sánchez irá a la investidura incluso si es para perderla

El PSOE sigue trabajando con la idea de que será posible cerrar el indispensable pacto sobre la amnistía para los encausados del 'procés' con Carles Puigdemont. Sin embargo, el propio presidente del Gobierno en funciones reconoció ayer, en una reunión a puerta cerrada en Ferraz con el comité negociador de su partido, la «complejidad» de la empresa, y en todas sus declaraciones públicas el ala socialista del Ejecutivo en funciones mantiene una prudencia que contrasta con el optimismo exhibido por el mismo Sánchez hace mes y medio.

El escenario de un fracaso en las negociaciones ya no se descarta, entre otras cosas, porque Puigdemont se resiste a hacer gestos que ayuden al PSOE a justificar la medida de gracia no ya ante la ciudadanía sino ante los tribunales y ante el Constitucional, por cuyo filtro pasará la norma. El sábado, el expresidente catalán, prófugo de la justicia,    insistió en que nunca renunciará a la unilateralidad. Y este lunes dio muestras de una profunda desconfianza después de que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero defendiera la constitucionalidad de la amnistía y apelara a la que en 1936 concedió Manuel Azaña a los condenados por la revolución de octubre de 1934; entre ellos, el depuesto presidente de la Generalitat, Lluís Companys, que había declarado el 'Estat Català de la República'.

«España amnistió al presidente Companys, sí. Pero cuatro años y medio después, España le fusiló» escribió Puigdemont en un mensaje en la red social X (antes Twitter). «Por eso –añadió tras aludir a los «poderes profundos» del Estado– hay que tomar todas las precauciones posibles, siempre».

El PSOE, en todo caso, no se pronuncia expresamente sobre hasta qué punto la renuncia a la unilateralidad por parte del independentismo es indispensable para decidir seguir adelante. Zapatero, en quien Sánchez tenía previsto delegar, desde hace semanas, parte de la pedagogía sobre la controvertida medida, también defendió hace dos días que, aunque una «actitud» diferente por parte del secesionismo es deseable, hay que tener presente que «el camino se hace andando». Y Óscar Puente, miembro del comité negociador socialista, sorteó este martes la cuestión con una respuesta tan genérica como ambigua: «Es bueno que aquellas personas que se han situado fuera del sistema retornen a él. Eso a lo que conduce es a que todo el mundo tenga un cauce democrático para que sus inquietudes se puedan desarrollar a nivel institucional. Y eso es bueno para la convivencia y para España», adujo.

En medio de las presiones del PP, que este martes volvió a exigir a la presidenta del Congreso, Francia Armengol, que ponga fecha ya a la investidura de Sánchez, los socialistas mantienen la negociación blindada. Los populares devuelven a Sánchez la acusación lanzada contra Alberto Núñez Feijoó por hacer «perder el tiempo» a los españoles. En Moncloa apuntan que lo «lógico» es que la fecha se cierre cuando el panorama esté ya despejado. Pero insisten en que el presidente no hará nada parecido a lo que hizo Mariano Rajoy cuando declinó la propuesta del monarca.