Sánchez indigna a PP y Podemos al reclamar apoyo a los Presupuestos frente a la tragedia

No fue un aviso espontáneo o arbitrario. En su primera comparecencia con preguntas desde que se produjo la catástrofe que ha afectado, fundamentalmente y de forma especialmente grave, a la provincia de Valencia, Pedro Sánchez anunció la puesta en marcha de un 'Plan de respuesta inmediata, reconstrucción y relanzamiento de la Comunidad Valenciana» que se desarrollará en tres fases distintas y que se prolongará, dijo, «el tiempo que sea necesario». Esa iniciativa –la víspera, Alberto Núñez Feijóo requirió un «'plan Valencia'»– exigirá movilizar una cantidad ingente de dinero en parte proveniente de la UE y en parte del propio Estado y tendrá, como subrayó el presidente, una afectación clara en el déficit y la deuda.

«Por supuesto, necesitaremos unos nuevos Presupuestos. Si había alguna razón para aprobarlos antes de esta DANA y lo que está acarreando, es evidente que (...) esa responsabilidad se multiplica hasta unos límites colosales», dijo. «Espero que podamos tener el apoyo mayoritario de la Cámara para poder aprobar unos Presupuestos hoy más necesarios que ayer».

El jefe del Ejecutivo no apeló de manera directa al principal partido de la oposición, pero el precedente de la pandemia, cuando los socialistas presionaron a los populares para que respaldaran una Cuentas sin las que, argumentaban, no se podrían canalizar los más de 140.000 millones de euros del fondo de reconstrucción de la UE, pesa en el ánimo de la formación hoy liderada por Alberto Núñez Feijóo.

«Nuestros votos serán para que las víctimas reciban la ayuda suficiente para salir adelante y se reconstruyan los sectores productivos de las zonas afectadas», se apresuró a replicar la dirección del partido en un comunicado. «Es un asunto lo suficientemente grave y urgente como para someterlo a las habituales maniobras interesadas de Sánchez. Hasta ahí –añadió– podíamos llegar».

Otras formaciones podrían sentirse igualmente interpeladas por Sánchez. En especial, Junts y Podemos, los socios de investidura que más cuesta arriba han puesto hasta ahora cada negociación parlamentaria. Los de Carles Puigdemont no han confirmado aún siquiera su apoyo a la senda de estabilidad, antesala de los Presupuestos, pero por el camino ya han obligado al Ejecutivo a modificar su reforma fiscal, renunciar al impuesto a las empresas energéticas y suavizar el que grava los beneficios de la banca, ambos incluidos en el acuerdo de coalición de Sánchez con Sumar.

Este martes la formación independentista guardó silencio. Podemos –que hace diez días celebró una consulta a sus bases, en la que participaron 40.000 personas, para supeditar su apoyo a los Presupuestos a la ruptura de relaciones con Israel y a la rebaja en un 40% del precio de los alquileres– tuvo, sin embargo, una reacción similar a la del PP y tildó de «torpeza» la maniobra del presidente. «Como se vio en 2020 con la pandemia de la covid, no hace falta tener Presupuestos para sacar adelante un plan ambicioso y urgente de ayudas», replicaron fuentes del partido.

No es el único asunto en el que el PP y Podemos coinciden. En los últimos días ambos han pedido al Gobierno (también lo han hecho Compromís e Izquierda Unida) que tome las riendas de la gestión de catástrofe, aunque con fórmulas y argumentos diferentes. El principal partido de la oposición esgrime que la crisis tiene envergadura de «emergencia nacional» y que el ministro del Interior debería haberse hecho cargo de la ordenación y coordinación de todas las intervenciones. Las fuerzas de la izquierda acusan, por su parte, al popular Carlos Mazón de haber actuado de forma «negligente» e incluso «homicida», sostienen que el Ejecutivo debería haberlo apartado declarando el estado de alarma, como en la pandemia, y subrayan que no hacerlo es una irresponsabilidad grave.

Sánchez ya evidenció el sábado que también él cree que la actuación del presidente de la Generalitat es deficiente; algo que, desde el Ejecutivo, solo ha verbalizado abiertamente la ministra de Defensa, Margarita Robles. «El Gobierno está listo para ayudar. Si necesita más recursos que los pida. No hace falta priorizar», dijo en una controvertida intervención cuando desde muchos pueblos valencianos se quejaban de su abandono. Este martes argumentó que España es un Estado compuesto y que entrar a sustituir a la Administración autonómica llevaría tiempo en un momento en el que «cada minuto es oro». Pero pese a remarcar que no es momento de dirimir responsabilidades, insistió en apuntar en la dirección de la Generalitat por la falta de agilidad. «El Gobierno estuvo desde el primer minuto, desde el primer segundo, incluso antes –arguyó–, preparado para dar una respuesta proporcionada a la magnitud del desafío colosal».