Secciones
Servicios
Destacamos
Pedro Sánchez tenía un as en la manga para intentar que la Conferencia de Presidentes en Santander, la primera desde las elecciones de 2023 que produjeron un vuelco político en un buen número de comunidades autónomas, no terminara en un cúmulo de desacuerdos. Apenas ... abierto el cónclave, al que se llegó este viernes, según la queja de la mayor parte de los presidentes del PP, sin que se hubiera aportado documento previo alguno, el jefe del Ejecutivo hizo un anuncio al que sobre el papel parecía difícil que nadie se opusiera: la convocatoria en enero de un Consejo de Política Fiscal y Financiera para acordar una quita de la deuda de las autonomías por parte del Estado. Pero la estrategia no salió bien. La mayoría de los presidentes del PP lo interpretaron como un ardid, un «cebo» para hacerles bajar la guardia con el «cupo separatista catalán» o, en el mejor de los casos, un mero «parche» que no soluciona sus problemas de financiación.
La propuesta de condonar parte del pasivo de las comunidades no es en absoluto novedosa. De hecho, lleva más de un año sobre la mesa, desde que el PSOE se comprometió con ERC a asumir en torno a un 20% de la deuda viva que la Generalitat tiene contraída con el Gobierno a cambio de su apoyo a la investidura de Sánchez. Ya entonces, el Ejecutivo se apresuró a neutralizar la reacción airada de la oposición con la promesa de que la medida se haría extensible a todas las autonomías que quisieran acogerse a ella. Pero su materialización sigue pendiente.
Noticia relacionada
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tenía intención de iniciar contactos bilaterales para tratar este asunto ya el pasado julio, pero la promesa hecha, de nuevo, a Esquerra para conseguir su apoyo a la investidura de Salvador Illa en Cataluña –una suerte de concierto fiscal que puso en pie de guerra a las autonomías del régimen general– complicó el escenario. Cuando en septiembre Sánchez anunció una ronda de entrevistas con los líderes autonómicos, Alberto Núñez Feijóo, espoleado por la madrileña Isabel Díaz Ayuso, reclamó a los barones de su partido que no aceptaran acuerdos individuales destinados a romper su frente común contra esa «financiación singular» para Cataluña. Ayuso ni siquiera acudió a la Moncloa.
«El Estado autonómico ha sido uno de los grandes logros de la Constitución y estamos viéndolo en nuestra economía»
«La deuda billonaria que tiene el Estado se queda ahí. Y el conchabeo me parece injusto y una locura»
«El único que gana con el retraso del sistema de financiación es Hacienda, que ingresa el doble que las autonomías»
El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, se mostró este viernes convencido de que cuando llegue el momento, se verá que la mayoría de las autonomías «aplaude» la iniciativa. La idea es que en el órgano encargado de la coordinación entre la Hacienda estatal y las comunidades autónomas se discuta un criterio general tan pronto como el mes que viene. Pero este viernes la posición de casi todos los líderes populares, cada uno con su tono –el andaluz Juanma Moreno en un lado y Ayuso en el otro–, se mostraron criticos con la idea de una quita. La presidenta madrileña, que la tildó de injusta para quienes no hacen una gestión negligente, solo admitió su conveniencia para la Comunidad Valenciana, afectada ahora por la DANA.
La autonomía presidida por Carlos Mazón es la más penalizada por el sistema de financiación vigente y también la que acumula, junto a Cataluña, una mayor deuda en términos absolutos y per cápita. Pero no es la única. En el mismo grupo se encuentran también Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha. El presidente de esta última, el socialista Emiliano García-Page, sí defendió este viernes que el Estado haga una quita. Pero advirtió, como el resto, de que lo que urge es que el Gobierno ponga sobre la mesa una propuesta de reforma del modelo en un plazo máximo de tres meses.
No parece, sin embargo, que eso vaya a ser posible. Sánchez se limitó a proponer que «entre todos» se acuerde un sistema de financiación autonómica «que concilie la multilateralidad y la bilateralidad, blinde la solidaridad entre territorios y garantice que todas las comunidades reciban más recursos de los que reciben hoy», pero está por ver cómo se concilia eso con el pacto con ERC; y su ambigüedad no sirvió para aplacar la susceptibilidad de los populares. Especialmente, de la presidenta madrileña, que sin salirse de su habitual dinámica de confrontación, lo acusó de estar dispuesto a romper la «caja común».
Del Palacio de la Magdalena, donde tuvo lugar la cumbre, no salió, al fin y al cabo, acuerdo alguno. Ni siquiera en torno a la sugerencia de Sánchez de que las autonomías reprogramen fondos de cohesión europeos para dar a los territorios afectados por la DANA una línea adicional de ayuda. Muchos presidentes hablaban de «oportunidad perdida». El ministro Torres rebatió esa visión. Argumentó que, al menos, se habló por un día de asuntos que «interesan a las personas» como vivienda, sanidad o servicios públicos en lugar de sobre «cuestiones judiciales» y que algunas de las propuestas lanzadas pueden acabar teniendo desarrollo futuro.
Pero además, como el propio Sánchez, puso en valor el hecho de que no hubiera ni una ausencia y de que Cataluña haya dejado de ser un problema. «Porque hay quien ha dicho que este país se quebraba y esto es potenciar el país diverso y distinto en cuanto a sus territorios que es España», proclamó.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los Reyes, en el estand de Cantabria en Fitur
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.