Salvador Illa y Pedro Sánchez, en la clausura del Congreso del PSC ayer en Barcelona, que ha proclamado al líder socialista como candidato a la Generalitat EP

Sánchez llama a pasar página del 'procés' el 12-M frente al rechazo del secesionismo a Illa

El presidente arropa al líder del PSC y replica a ERC y Junts que no podrán impedir un Govern socialista

Domingo, 17 de marzo 2024, 12:18

Pedro Sánchez se la juega el próximo 12 de mayo. La llamada 'agenda del reencuentro' se pondrá a prueba en las elecciones catalanas, que Pere Aragonès ha decidido avanzar tras no lograr el apoyo necesario para aprobar los Presupuestos de la comunidad. El presidente ... del Gobierno lanzó este domingo la campaña electoral del líder del PSC, Salvador Illa, proclamado como candidato a la presidencia de la Generalitat en un Congreso del PSC celebrado un día antes de que Aragonès firme el decreto de convocatoria de las elecciones y dos días después de que el Parlamento español aprobara la ley de amnistía, antes de su paso al Senado. Sánchez defendió la norma que exonera los delitos del 'procés' y atacó a la derecha en pleno toma y daca por el 'caso Koldo' y la acusación fiscal contra el novio de Isabel Díaz Ayuso: «Menos lecciones de patriotismo -apuntó al PP- y más cumplir con la patria pagando impuestos».

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Illa parte como el rival a batir. Fue el ganador en 2021 -empató a escaños con ERC, pero con más votos- y es quien hasta la fecha lidera las encuestas, aunque ninguna recoge los efectos de la amnistía o de la trama corrupta que interpela a los socialistas. El PSC, ERC y Junts se disputan la victoria y entre ellos, que ahora suman casi el 75% de los escaños, tendrán que decidir la investidura. De momento, republicanos y junteros niegan que vayan a facilitar un Gobierno encabezado por el líder del PSC. Sánchez e Illa se conjuraron ayer para que los socialistas regresen al Palau de la Generalitat casi 15 años después, con el objetivo de pasar página a la década del 'procés' y culminar la agenda del reencuentro, la convivencia y el avance social.

Sánchez avisó al secesionismo de que «ahora toca Salvador» y de que no podrá impedir un Govern de los socialistas. «Todos los que miran a 2017», dijo en referencia a las fuerzas independentistas y a la derecha, «se han puesto de acuerdo en que Illa no sea presidente». Según el jefe del Gobierno, serán los catalanes de diferentes sensibilidades los que «llevarán» al líder del PSC al Palau.

Frente a lo que llamó inmovilistas (PP) y rupturistas (ERC y Junts), su partido aboga por «reforzar el autogobierno» de Cataluña. La disyuntiva, según afirmó, el 12-M será «unir o dividir», «pasar página o no», «avanzar o resignarse en el declive». «Cataluña nunca avanzará sola ni dividida, avanzará unida», afirmó. Y exclamó: «España quiere a Cataluña».

Los pulsos

Tras la debacle de Galicia, el 'caso Koldo' y la tormenta de la amnistía, que puede convertirse en tsunami si Puigdemont decide atravesar la frontera a las bravas, Sánchez tiene una prueba decisiva en las catalanas, que llegarán inmediatamente después de las vascas y justo antes de las europeas. Una nueva mayoría absoluta del independentismo implicaría más presión secesionista y por tanto fracasaría la estrategia puesta en marcha con la ley de olvido penal del desafío separatista. El presidente del Gobierno vendió la amnistía ante los socialistas catalanes como un instrumento para la convivencia y la normalización política.

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Sin embargo, Junts amenaza con el regreso del expresident -desvelará esta semana si, como se prevé, concurre a las autonómicas- y vuelve a sacar la bandera de la unilateralidad, que pone en cuestión las tesis pacificadoras de la Moncloa. Su secretario general, Jordi Turull, lejos de enterrar el hacha de guerra, insiste en que volvería a organizar un referéndum ilegal como el del 1-O. Turull abogó este domingo en Girona por un «Gobierno independentista al frente de la Generalitat» y trató de movilizar a los suyos con el riesgo de que haya un bipartito PSC-ERC, que Esquerra ve «inviable».

Un eventual Govern de Illa podría verse en la paradoja de fijar una estrategia de refuerzo del autogobierno, mientras ERC y Junts, siguen negocian una agenda soberanista con el Gobierno de Sánchez que les necesita para continuar en la Moncloa.

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