Sánchez desdeña las críticas al pacto del PSN con Bildu: «Que se lo hagan mirar»

El paso dado por los socialistas en la capital navarra implica la superación de otra de las líneas que, hasta hace solo unos meses, ellos mismos tildaban de infranqueables. Un paso que no se atrevieron a dar en junio, en vísperas de las elecciones generales, y que llega con Sánchez investido ya como presidente del Gobierno tras haber alcanzado un acuerdo de legislatura con la formación de Otegi nunca dado a conocer porque, supuestamente, no estaba condicionado a nada y solo buscaba impedir el acceso de la derecha al poder.

Aún resentido del desgaste que supusieron en la campaña de las municipales y autonómicas de mayo los lazos con la formación 'abertzale' y temeroso de dar otra baza al PP y Vox, el PSOEpermitió hace seis meses con su abstención que fuera Ibarrola quien tomara el bastón de mando. Hoy, sin entrar en más consideraciones, el jefe del Ejecutivo señaló a la alcaldesa y a su partido como únicos responsables de que el PSN haya decidido ahora enmendar aquella actuación.

«En Pamplona lo que sufrimos desde hace cinco años es una parálisis, un bloqueo, la no aprobación de los Presupuestos municipales –argumentó antes de entrar al Consejo Europeo–; aquellos que reprochan esta moción de censura lo que tienen que hacer es hacérselo ver».

El giro en el que se ha embarcado el PSOE también en este asunto (después de la rehabilitación acelerada de Carles Puigdemont y la amnistía del 'procés') acerca la posibilidad, aún rechazada por los socialistas vascos, de una alianza para gobernar en Euskadi. Aunque, el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, argumentó ayer en Onda Cero que Bildu aún tiene que dar pasos hacia la normalización plena para que su partido esté dispuesto a compartir Ejecutivo.

Sánchez no descartó ni anticipó ninguna situación futura. A la pregunta de si, a partir de ahora, las relaciones con el partido de Otegi «entran en una nueva fase» sí afirmó, no obstante , que el de Pamplona es «un caso concreto, bien determinado, de una parálisis, un bloqueo y una falta de entendimiento por la total ausencia de voluntad, en este caso, de la alcaldesa de UPN». «Insisto, se lo tienen que hacer mirar», repitió.

Lejos de asumir, como expuso el presidente del Gobierno, la normalidad del polémico pacto, Alberto Núñez Feijóo lo calificó este jueves como «el más miserable suscrito por el señor Sánchez en toda su carrera política» y puso el solfa el argumento de la parálisis esgrimido por los socialistas. El líder de la oposición anunció, además, que este domingo irá a Pamplona para exigirles que no sigan adelante. Los populares se manifestarán junto a UPN en la concentración convocada por los de Javier Esparza para protestar contra el acuerdo que les apeará del consistorio navarro.

Feijóo ya había anticipado que, en este contexto, resulta aún más difícil que se produzca ningún tipo de «entendimiento» entre él y Sánchez, justo cuando estaba pendiente que ambos cerraran, a iniciativa del jefe del Ejecutivo, una fecha para hablar de la renovación del CGPJ, la reforma del artículo 49 de la Constitución y la financiación autonómica. Ayer reclamó «rigor» a Moncloa si quiere que de verdad haya reunión y afirmó que todavía no tiene la notificación por escrito del orden del día con los temas que se tratarán en la cita.

El Ejecutivo replica que ya han dejado claro al PP qué quieren discutir, que le han ofrecido tres fechas, antes de fin de año, para verse, y que están dispuestos a abordar otros temas. «Basta –alegan– de excusas».