Sánchez hace bandera de la ley de memoria frente a la derecha en el homenaje a las víctimas

La ley aprobada hace ya dos años por el líder del PSOE –y que actualizó la impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007– estableció el 31 de octubre como el día para recordar a todas las víctimas del golpe militar de 1936, la guerra y la dictadura, pero este año el acto tuvo que adelantarse al tener lugar este martes en el Congreso de los Diputados la jura de la Constitución de la princesa de Asturias.

Sánchez fue el encargado, junto a Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, de entregar hasta 18 declaraciones de reparación y reconocimiento, 17 individuales y una colectiva correspondiente a los diez condenados en el juicio '1001'por su oposición al franquismo, celebrado hace 50 años. Entre ellos se encuentran los allegados de la escritora María Teresa León, el filósofo José Luis López Aranguren, el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz o el abogado y político Jesús Requejo San Román.

El presidente en funciones aprovechó para realizar una defensa a ultranza de la que ha supuesto una de las leyes estrellas del Ejecutivo en la pasada legislatura, además de defender su continuidad en el tiempo. Según Sánchez, decir que la Ley de Memoria Democrática es «sectaria o revanchista» responde a una cuestión de «ignorancia». «Soy consciente de que vamos muy tarde, pero puedo asegurar que la norma se va a cumplir». En esa línea, prometió dar luz verde a las solicitudes de nacionalidad a los descendientes de los exiliados por la guerra y crear un banco de ADN para los desaparecidos.

Lo cierto es que PP y Vox, además de criticar el contenido y tachar la ley de «ideológica», prometieron incluso derogarla como parte de su oferta electoral antes del 23-J. Al acto de ayer los populares, igual que el resto de formaciones políticas, estaban invitados por la Moncloa. Pero ninguno de sus dirigentes asistió –como sí que hizo alguno de los aliados del Ejecutivo llamados a apoyar a Sánchez en su investidura, como ERC–.

Quien sí estuvo presente en este segundo homenaje de Estado como consecuencia de la contienda de 1936 fueron los familiares de las víctimas, miembros de asociaciones de memoria y numerosos representantes del Estado, entre ellos la presidenta de la Cámara baja, Francina Armengol, y el del Senado, Pedro Rollán. También lo hicieron la mayoría de ministros –hasta 14–: estuvieron presentes Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno; María Jesús Montero, ministra de Hacienda; Isabel Rodríguez, portavoz del Ejecutivo, o Ione Belarra, titular de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Un cierre de filas en torno a Sánchez unas horas antes de pedir a través de una carta y de forma expresa a la militancia del PSOE el apoyo a la ley de amnistía para los responsables del 1-O y en la semana más decisiva para Ferraz desde los resultados de las elecciones generales del pasado 23-J. Y en un homenaje que contó con la actuación de los artistas Rozalén y Joan Manuel Serrat, los cuales interpretaron antes de concluir el acto la canción 'Para la libertad'. Mientras que en nombre de las víctimas tomó la palabra María Teresa León, que manifestó la «honda emoción» por este reconocimiento y la alegría por «vivir en un país capaz de dibujar una imagen más clara y completa de nuestro ayer».