Sánchez advierte de que el auge de la ultraderecha amenaza «el alma misma de Europa»

Tras ser presentado como un «símbolo de libertad, democracia y feminismo», el jefe del Ejecutivo tomó la palabra para advertir sobre el riesgo de que el crecimiento de la ultraderecha, con el apoyo de la «derecha convencional», que imita sus «argumentos y técnicas populistas», eche por tierra los avances sociales conseguidos en las últimas décadas. «El alma misma de Europa está en riesgo», señaló Sánchez, subrayando que «están en peligro» cuestiones como «los derechos de los trabajadores, la igualdad entre hombres y mujeres, la tolerancia, los servicios sociales y la libertad y respeto para la comunidad LGTBQ, además de una transición hacia una economía más justa y sostenible».

En el discurso que ofreció en inglés, el presidente del Gobierno presentó a los socialistas como la mejor garantía para que no haya una marcha atrás en Europa y lanzó al luxemburgués Nicolas Schmit, comisario de Empleo y Derechos Sociales, como cabeza de lista del PSE para la próxima cita con las urnas. El gris perfil de Schmit, de 70 años, muestra que los socialistas no tienen intención real de disputar la presidencia de la Comisión Europea a Ursula Von der Leyen, que lo tiene todo de cara para lograr la reelección, y apuestan en cambio por intentar ocupar otros cargos de peso dentro del encaje que habrá que hacer en las instituciones de Bruselas tras las elecciones de junio.

«Querido Nicolas, eres mucho más que el candidato de los socialistas europeos, eres el candidato de los europeos que mantuvieron sus trabajos durante los confinamientos y de los que se benefician del salario mínimo», piropeó Sánchez a Schmit. Tratando de darle la vuelta a las discretas expectativas electorales del PSE en la próxima cita con las urnas, que serán ganadas por el Partido Popular Europeo, según prevén los sondeos, el presidente del Gobierno español concluyó su discurso apelando a la épica. «Ofrezcamos esperanza donde otros ofrecen miedo. Ofrezcamos apertura y tolerancia donde otros sólo reclaman fragmentación y odio», dijo, abogando por la «innovación y el futuro» frente a la «nostalgia y un pasado que nunca existió» que promete la derecha.