El vuelo en dirección al aeropuerto de Torrejón de Ardoz, en Madrid, del opositor venezolano Edmundo González, tras recibir el plácet del Gobierno de Pedro Sánchez a su solicitud de asilo político, culmina una operación de salida del país, convulsionado tras la victoria electoral proclamada ... por el régimen de Nicolás Maduro que gran parte de la comunidad internacional no reconoce, llevada con cautelosa discreción. El modo en que se ha dado a conocer el traslado de González a la capital madrileña en un vuelo de las Fuerzas Aéreas Españolas, con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, anunciando de madrugada en la red social X que la acogida nacía «a petición» del protagonista y la confirmación por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, de que su Ejecutivo ha otorgado «los debidos salvoconductos en aras de la tranquilidad y paz política», apuntan a que ambos ejecutivos han forjado una vía para la marcha de González. Vía no propiamente negociada entre ambos gobiernos, según ha zanjado esta tarde el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que ha cargado contra "la irresponsabilidad" del PP y "los bulos y muchas tonterías" que dice haber escuchado de la reacción de los populares.
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Albares, de viaje oficial con el presidente Sánchez en China, ha abundado en una entrevista en TVE en los datos ya ofrecidos a lo largo del día sobre cómo se ha materializado la solicitud de González, incidiendo en que ha sido a solicitud de él, en que no ha mediado transacción con el Ejecutivo de Maduro y en que el Gobierno español se puso a disposición tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de los opositores venezolanos para garantizarles el compromiso de España con su integridad y sus derechos, tanto si decidían abandonar Venezuela como si optaban por permanecer en la Embajada en Caracas, en la que González se refugió el jueves. El ministro ha constatado que el peticionario se encuentra bien y agradecido, según ha dicho, tras charlar con él en sus escalas en el largo viaje -primero la República Dominicana y luego Azores- y a su aterrizaje en Torrejón de Ardoz. La intención de Sánchez y Albares es reunirse con el asilado a su regreso de la visita oficial a China, encuentro que podría concretarse este jueves.
El jefe de la diplomacia española ha barrido para casa al argumentar que es la política del Gobierno favorable al entendimiento entre los venezolanos y la solidaridad con quienes se ven perseguidos lo que ha impelido a González elegir este país para su exilio; una solicitud de asilo que, ha admitido, constituye "una mala noticia" al remitir a una falta de respeto de los derechos cívicos por parte del régimen de Maduro. En este punto, Albares ha evitado polemizar con el aun responsable de la diplomacia europea, el socialista Josep Borrell, pero sí ha cargado contra el PP, que objeta que sin el reconocimiento como presidente legítimo del candidato de la oposición el asilo de éste hace "un favor" al 'chavismo' y se muestra convencido de que ha existido una negociación encubierta con intervención opaca del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
"¿Creen que teníamos que haberle dicho que no?", ha retado Albares a responder al partido de Feijóo, en referencia a la solicitud de Edmundo González. Y tras reprobar lo que interpreta como "tonterías" y aunque ha evitado pronunciarse con rotundidad sobre el reconocimiento como presidente del opositor, de sus palabras se deduce que el Ejecutivo aparca esa posibilidad y se mantiene alineado con la UE y otros estados de la comunidad internacional en seguir exigiendo a Maduro que publique las actas detalladas del escrutinio electoral. Albares se ha escudado en el precedente de Juan Guaidó, cuyo proceso de legitimación "supuso mucha energía y fue improductivo". El ministro, que achaca al PP solo el propósito de "desgastar al Gobierno", ha llegado a acusar a los populares de no importarles la suerte de un hombre de 76 años bajo amenaza.
El candidato de la oposición encabezada por María Corina Machado, sobre el que pesa una orden de detención en su país por haber proclamado su triunfo en las presidenciales celebradas el 28 de julio, llevaba en paradero desconocido varias semanas. La concesión hoy del asilo ha destapado que llevaba desde el jueves refugiado en la Embajada española en Caracas con estancia previa de un mes en la legación de Países Bajos, constatación que han confirmado tanto el Gobierno de Maduro como el de Sánchez, quien ayer, en una alusión que sorprendió por el contexto, elogió como un «héroe» a González en su intervención ante el comité federal del PSOE. El Ejecutivo español, en línea con la posición más o menos explícita de las cancillerías de peso de la comunidad internacional, condiciona cualquier admisión del resultado electoral a que Maduro divulgue las actas detalladas del escrutinio ante las sospechas de fraude.
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En ello había incidido el ministro Albares por la mañana en unas declaraciones efectuadas camino de China, adonde ha emprendido viaje oficial acompañando al presidente Sánchez. El titular de Exteriores ha trasladado un relato de los hechos en el que ha ratificado que González llevaba varios días acogido a la cobertura de la Embajada española en Caracas, que ha sido el opositor quien ha requerido el asilo y que el Gobierno le comunicó que no había «ningún problema» para que volara a Madrid si esa era «su voluntad y su deseo», para los que pondría a su disposición «todos los medios diplomáticos y materiales» precisos. Albares ha enmarcado la operación en el largo compromiso de España con los venezolanos, recordando que más de 100.000 «se han acogido ya a este estatuto tan especial que prácticamente no existe para ningún otro país del mundo».
«Las puertas de España hacia un país hermano como es Venezuela siempre van a estar abiertas como han estado las puertas de la residencia de la Embajada de España para Edmundo González», ha enfatizado Albares. El jefe de la diplomacia española ha recalcado que el Gobierno solo dará por bueno un veredicto de las urnas con la publicación de las actas y debidamente «verificado» -una exigencia a la que el régimen 'chavista' sigue negándose mientras se amplifican las voces contra su estrategia represiva ante la disidencia-, al tiempo que ha reiterado el compromiso con un encauzamiento negociado de la crisis entre Maduro y la oposición «pacífica y genuinamente venezolano entre venezolanos». «Todavía hay margen para esa salida», ha confiado.
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Una marcha forzosa del país con la que, por una parte, su protagonista se garantiza la integridad personal que no tenía asegurada una vez colocado en la diana del 'chavismo' a través de la orden de arresto promovida por la Fiscalía venezolana; y a la que España, precisamente por ello y por los nexos con la comunidad a los que ha aludido Albares, no estaba en condiciones de negarse. Por otra, Maduro aleja la sombra que suponía que González siguiera en suelo venezolano con una sonora contestación, dentro y también fuera de sus fronteras, contra las medidas adoptadas para intentar acallar a la oposición. Que María Corina Machado, la verdadera cabeza de la disidencia, continúe en el país atenuaría el impacto del exilio de su candidato.
Está por ver ahora el impacto que ejerza el asilo en España de González, en cuya resolución algunos medios apuntan a la mano mediadora del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien lleva tiempo desplegando su influencia sobre el terreno venezolano y los círculos vinculados a Maduro en medio de las críticas de la oposición española por lo que interpreta como movimientos de parte alineados con el 'chavismo'; movimientos que el Gobierno desvincula de sus responsabilidades diplomática. Y está por ver las consecuencias que la asunción del asilo proyecta sobre el escenario nacional, después de que el PP acusara al Gobierno de tibieza a raíz de la expulsión de Caracas de una delegación de los populares invitada por la disidencia a asistir al proceso electoral; y después de que la vicepresidenta Yolanda Díaz, Podemos y otros socios como Bildu dieran por legítima la autoproclamada victoria del régimen de Maduro.
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El 16 de agosto, España suscribió una declaración conjunta con una veintena de países y la Unión Europea en la que, además de reclamar la entrega oficial de las actas -tras constatar que una publicación digital con el 80% de las mismas otorga el triunfo a la oposición- y el regreso del Alto Comisionado de Naciones Unidas, se exigía el final de la represión y el respeto a los derechos a la libertad de expresión y de manifestación. Junto a ello, se apelaba a la concesión de varios salvoconductos pendientes entonces. No consta que la solicitud aceptada por las autoridades españolas de asilo de Edmundo González esté acompañada de ninguna otra.
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