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La secretaria general de ERC, Marta Rovira, se ha reunido este jueves con el grupo de Esquerra en el Parlament. La dirigente republicana, que ha sido recibido posteriormente por el presidente de la Cámara catalana, ha trasladado a los suyos que se han de «intensificar» ... las negociaciones con los socialistas para abordar un posible acuerdo de investidura. La propia Rovira ha cogido el mando de los contactos con los socialistas y el lunes pasado se reunió con Lluïsa Moret, designada por Salvador Illa como la jefa del equipo negociador socialista.
Fuentes de la dirección republicana señalan que Rovira trata de acelerar las conversaciones con el objetivo de poder cerrar un preacuerdo con el PSC antes de final del mes de julio. En ERC no descartan ningún escenario: acuerdo inminente para someterlo a las bases, que la fumata blanca se haga esperar hasta el último minuto o que no sea posible una entente. Fuentes republicanas sí advierten a los socialistas de que el preacuerdo tiene que ser lo suficientemente ambicioso como para que pueda ser avalado por la militancia. Si no, ERC no podrá aceptarlo. Rovira, tras su regreso de Ginebra, advirtió el lunes al PSC de que si no hay un principio de pacto antes de final de julio se levantará de la mesa y dará por concluida la negociación.
El nudo gordiano sigue girando en torno a la financiación de Cataluña. El PSC ofrece explorar propuestas a partir de un consorcio tributario, participado por el Estado y la Generalitat, que contempla el Estatuto de autonomía. ERC insiste en que la fórmula que se pacte debe implicar la salida de Cataluña del régimen fiscal. Esta salida no sería inmediata, pero los republicanos exigen algún tipo de compromiso por parte de los socialistas de que se va a avanzar hacia el modelo de concierto económico vasco.
Rovira y Moret se reunieron el mismo día que el Ministerio de Hacienda convocó a las comunidades autónomas al Consejo de Política Fiscal y Financiera, al que acudió la consejera catalana de Economía, Natália Mas. Montero no descartó una financiación singular para Cataluña. Fuentes republicanas señalan que no se trata de reconocer singularidades de la economía catalana, como es el caso de Canarias, por ejemplo, sino de salir del régimen común, entrar en la vía de la relación bilateral con el Estado. Ese mismo día, Rovira mantuvo un encuentro con una asamblea de su partido en Barcelona, donde escuchó opiniones contrarias al acuerdo con los socialistas. Las bases de ERC tendrán la última palabra. Y cuanto más grave es la crisis por el caso Maragall, más difícil se hace que la militancia haga frente común con la dirección.
Moret lidera las negociaciones por la parte del PSC, pero Rovira exige además un encuentro con Pedro Sánchez para desbloquear la investidura. Antes del preacuerdo, Esquerra reclama al PSOE que se mueva para cumplir compromisos previos cerrados para la elección de Pedro Sánchez, como el traspaso de Cercanías o la condonación del FLA a la Generalitat.
ERC tiene presión interna, de sus bases, y también externa. Un grupo de CDR se ha personado este jueves en la sede republicana para exigir que ERC no invista a Illa. Días atrás, la manifestación de que la ANC organizó para protestar contra el Supremo por su negativa a amnistiar a los líderes del 'procés' derivó en un clamor contra Esquerra para que no se haga presidente a Illa. Y luego está el factor Puigdemont. El expresidente de la Generalitat prepara su regreso con el objetivo de reventar el acuerdo entre socialistas y republicanos.
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