Pere Aragonès y Marta Rovira tras la reunión de la ejecutiva e Esquerra. EFE

Rovira desvela un 'plan B' para garantizar la financiación «singular» de Cataluña

La secretaria general de ERC se lanza a defender el acuerdo suscrito con el PSC en la víspera de que decida la militancia

Jueves, 1 de agosto 2024, 13:32

El PSOE y Esquerra tienen ya diseñado un 'plan B' si no hay mayoría en el Congreso para sacar adelante el nuevo modelo de financiación para Cataluña que forma parte del preacuerdo suscrito entre los republicanos y el PSC para investir a Salvador Illa como ... president de la Generalitat. Así lo desveló este jueves la secretaria general de ERC, Marta Rovira, quien aseguró que están preparándose para garantizar la modificación de la ley correspondiente, la Lofca, por otros cauces si se topan con el veto parlamentario, aunque no especificó cuáles. Lo afirmó en la víspera de que la militancia de los republicanos vote en la consulta interna que decidirá entre la repetición de elecciones o la formación de un Gobierno y que finalizará a las 19:00 horas de este viernes.

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La dirigente soberanista y el resto de la ejecutiva de la formación salieron con todo a defender el pacto suscrito con los socialistas a cambio de una trato «singular» para Cataluña. También el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, trató de disipar las dudas que puedan tener las bases. «Lo que tenemos acordado con el PSOE son las modificaciones legales, pero no somos ingenuos, porque es una ley orgánica y requiere unas mayorías que nos tocará trabajar. Y, si no, hay alternativas legales», zanjó Rovira.

En torno a 8.700 militantes de ERC están llamados a votar en la consulta de este viernes, que se desarrollará de forma telemática. La ejecutiva del partido ha asegurado que la votación es vinculante y que por tanto las bases tienen la última palabra. Esta es la pregunta que tienen que responder los asociados a la formación republicana: «¿Estás de acuerdo en que Esquerra Republicana vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la convención nacional para la resolución del conflicto político y el resto de las medidas acordadas?». El sector crítico ha intentado impugnarla, ya que omite a Salvador Illa.

El líder moral del partido, Oriol Junqueras, se ha desmarcado de las negociaciones con los socialistas (aunque dirigentes de su entorno sí han participado) y ha evitado hacer campaña en los días previos a la consulta. No se ha posicionado ni a favor ni en contra, lo que denota que las posiciones están igualadas. Quiere llegar limpio de polvo y paja al congreso de noviembre y no quiere enfrentarse a las bases.

La dirección se está empleando a fondo, pero corre el riesgo de que la militancia le pegue un toque de atención, como ocurrió semanas atrás cuando tenía que decidir sobre la entrada en el gobierno socialista del Ayuntamiento de Barcelona. Lanzar un pulso a la dirección se ha puesto de moda en los partidos. La militancia está muy indignada con la situación que atraviesa el partido: enfrentamiento abierto entre Rovira y Junqueras, batalla sin cuartel entre sectores por el control del partido, hundimiento electoral, seguidismo de los socialistas y como guinda la polémica en torno a los carteles ofensivos contra los Maragall, que ha destapado toda una trama interna en el partido que se dedicaba a hacer campañas de guerra sucia.

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La última vez que la dirección de ERC recurrió a las bases para refrendar un acuerdo (para investir a Pedro Sánchez), consiguió un amplio apoyo, pero no votó ni el 50% de los simpatizantes que pagan su cuota. El verano puede tener sus efectos de desmovilizadores, pero en esta ocasión el debate es mucho más vivo que entonces. El sector crítico al acuerdo está convencido de que el «no» se impondrá.

Si la militancia tumba el acuerdo, no habrá pleno de investidura y en consecuencia el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no regresará, tal y como ha prometido. Si hay aval al pacto, en cambio, el político catalán tendrá que hacer las maletas y cumplir su palabra.

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Difícil digestión

Rovira, que es quien ha liderado las negociaciones con los socialistas, trató este jueves de convencer a las bases que temen que el pacto con los socialistas se lo lleve el viento una vez Illa sea investido o no pueda aplicarse por las dificultades que le rodean, tanto políticas, de aritmética parlamentaria como jurídicas.

Rovira llegó a admitir que «cuesta digerir» para un republicano la investidura de Illa, pero confió en la «madurez política» de la militancia. ERC ha llegado a la conclusión de que no puede afrontar nuevas elecciones, pues sigue en caída libre y no tiene candidato, después de que Pere Aragonès anunciara que se apartará de la primera línea en cuanto cese como presidente de la Generalitat en funciones.

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Junqueras sigue inhabilitado y Rovira, que también abandonará la secretaría general en el congreso de noviembre, se ha autodescartado como posible cabeza de cartel. En plena batalla por la búsqueda de nuevos liderazgos, si bien Junqueras quiere optar a ser reelegido presidente, lo que le ha enfrentado a la cúpula del partido que aboga por caras nuevas, la formación no puede afrontar una nueva cita electoral. Correría además el riesgo de que Junts fuerce el máximo la presión para reeditar una coalición como en 2015.

La dirigente de ERC se mostró crítica con el posible regreso de Puigdemont, que ve un «sin sentido político». En las filas republicanas hay temor a qué consecuencias puede tener su vuelta y detención antes de la investidura. El expresident, mientras tanto, busca reventar la elección de Illa por todos los medios.

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