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Jesús J. Hernández
Martes, 8 de octubre 2024, 21:05
El Rey ha reivindicado «la educación como herramienta contra el terrorismo y para construir la paz«. Felipe VI ha cerrado la primera jornada de la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Víctimas del Terrorismo que se celebra en Vitoria y ha querido poner el foco ... desde el comienzo en «los protagonistas de esta jornada», quienes sufrieron la violencia. Concretamente, en su papel «como educadores y comunicadores» y en el valor de contar su experiencia a las nuevas generaciones.
A juicio del rey Felipe VI, «es muy importante que sus vivencias lleguen a la sociedad y a los más jóvenes» porque sólo así «haremos que el círculo vicioso de la violencia se convierta en un círculo virtuoso de homenaje» a quienes la padecieron. Felipe VI, que ha saludado en euskera y ha hecho una parte de su discurso en inglés, ha condenado «el ataque de Hamás» en Israel de hace un año y ha pedido «un horizonte de paz y seguridad en Oriente Medio». También ha recordado que «debemos vivir sin miedo para construir un mundo sin miedo», aunque admitió las dificultades de «una realidad geopolítica extraordinariamente compleja que hace que no haya lugar que se pueda sentir libre del terrorismo».
Felipe VI ha agradecido «las experiencias emotivas« escuchadas. »Compartimos vuestro dolor y os admiramos por vuestra valentía» y pidió luchar «juntos» contra el terrorismo. Lo ha hecho en la gran cita para las víctimas del terrorismo, un evento de creación reciente, que comenzó hace dos años en Nueva York y que recala en su segunda edición en Euskadi. Cinco damnificados de India, Camerún, Jordania, Australia y Chile narraron sus experiencias ante las autoridades y los asistentes. Contaron su «tragedia personal» y reivindicaron «la importancia de levantar nuestras voces».
El Palacio Europa de Vitoria amaneció, a la espera de la llegada de Felipe VI, con fuertes medidas de seguridad, desde francotiradores en las azoteas a perros policías por el interior del recinto. Recordaba tiempos no tan remotos en el País Vasco. Como destacó a la mañana la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, «lamentablemente, aquí sabemos lo que significa el drama del terrorismo. La sociedad vasca está comenzando a gestionar las heridas que nos dejaron cinco décadas de dolor y lágrimas, medio siglo marcado por el miedo, las amenazas y los asesinatos». San José no dudó en alertar de que esos años «nos han dejado una marca que tardará generaciones en desaparecer». De eso va una conferencia donde hay más de 300 personalidades invitadas, entre autoridades, expertos y víctimas. Porque, como repite Maite Araluce, presidenta de la AVT, «el dolor no prescribe y la condición de víctima no se acaba».
En la sesión vespertina también ha participado el lehendakari, Imanol Pradales y los ministros Fernando Grande-Marlaska y José Manuel Albares, responsables de Interior y Exteriores, respectivamente. Estuvieron acompañados de numerosas autoridades como la ministra de Inclusión y Seguridad Social, Elma Sáiz, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, la vicepresidenta navarra, Ana Ollo o el Ararteko, Manuel Lezertua. También mandatarios de otros paíes y autoridades locales, como el diputado general, Ramiro González o la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria.
Grande-Marlaska ha agradecido «el honor de que España sea la sede de este encuentro» y ha manifestado «nuestra voluntad de dar nuevos pasos por las víctimas». El ministro del Interior ha reivindicado en Vitoria «los valores de memoria, dignidad, justicia y verdad» y ha destacado «el valor de su testimonio para prevenir el terrorismo». Albares, por su parte, ha enmarcado la cita «como una muestra más del compromiso de mi país con las víctimas» y recordó al vasco Iván Illarramendi y su pareja, asesinados por Hamás.
También envió un mensaje en vídeo Vladimir Ivanovich Voronkov, secretario general adjunto de la Oficina de Lucha Contra el Terrorismo de las Naciones Unidas. «Todo nuestro apoyo a todas las víctimas del terrorismo, con quienes estamos compartiendo su resiliencia», manifestó. Ha recordado que el año pasado los atentados terroristas «se cobraron cientos de vidas y dejaron una gran devastación a su paso» y ha pedido «que estemos a la altura de las víctimas y los supervivientes».
Por su parte, Mauro Miedico, director del Centro de Naciones Unidas contra el terrorismo, ha destacado que «es fundamental escuchar a las víctimas, amplificar su voz y conocer su testimonio. Poner cara y voz a unos números». Miedico, que ha puesto de ejemplo de buenas prácticas el Memorial, ha explicado que «hay problemas en algunos países para reconocer a víctimas de otras nacionalidades».
Cada víctima, cada persona, es un mundo. El terrorismo ha sacudido lugares muy distantes y una buena muestra de sus terribles consecuencias se reúne en Vitoria estos días. Pero, a juicio de Consuelo Ordóñez, todos los que han sufrido el ataque de los terroristas, «tienen en común, sean de donde sean, que nunca transmitimos odio. Todas las víctimas tienen mensajes de empatía y amor. Por eso somos referentes de paz«.
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