El Rey encarga a Feijóo que intente formar Gobierno

Feijóo aceptó el encargo pese a que está condenado al fracaso al no tener los apoyos suficientes para superar una sesión de investidura. Cuenta con 172 votos, los 137 de su partido, los 33 de Vox, el del diputado de Unión del Pueblo Navarro y el de la parlamentaria de Coalición Canaria, frente a los 151 que aglutina su rival –los 121 del PSOE y los 31 de Sumar–. Aunque al dirigente gallego le separan tan solo cuatro síes de la mayoría absoluta no tiene más potenciales aliados. Nacionalistas e independentistas han sido tajantes a la hora de descartar su posible apoyo.

La decisión de Felipe VI es un primer paso imprescindible para empezar a transitar el camino hacia la formación de un nuevo Ejecutivo. Aún queda que la presidenta del Congreso ponga fecha al debate en el que Feijóo tendrá que exponer su programa de Gobierno y pedir la confianza a la Cámara, algo que en principio le corresponde decidir en exclusiva pero que hará teniendo en cuenta el criterio del líder del PP.

Ni la Constitución ni el Reglamento del Congreso fijan plazo alguno para ese momento clave. En la última legislatura transcurrieron 33 días entre la constitución de la Cámara y la primera votación de investidura de Sánchez, pero en la anterior (que acabó en repetición electoral) se tardaron 63 días. Si la investidura no se celebra la semana que viene, habría que esperar hasta finales de septiembre para no hacer coincidir una posible repetición electoral con el periodo navideño.

En su comparecencia antes de conocerse oficialmente la decisión del Monarca, el expresidente de la Xunta deslizó que no le parecería bien que la fecha fuese muy próxima, porque necesitaría tiempo para hablar previamente con todos los grupos parlamentarios y estos no están ni siquiera constituidos –no será hasta el lunes cuando la Mesa certifique la lista con los grupos–. «Ahora se trata de facilitar las negociaciones de las diferentes fuerzas políticas», aseveró Francina Armengol, que confirmó que se pondría en contacto con Feijóo «inmediatamente» para saber su opinión y después tomará la decisión «más adecuada». La llamada se produjo poco después, sin que trascendieran fechas.

Ante Felipe VI, el líder del PP esgrimió tres argumentos para que se decantase por él aún a riesgo de exponerse a una nueva derrota parlamentaria. Primero, porque ganó las elecciones. Segundo, porque tiene el apoyo de cuatro partidos que suman 172 escaños. Tercero, porque presentarse es «cumplir» con su «deber» y dar «voz» a los más de once millones de españoles que el pasado 23 de julio votaron al PP, Vox, UPN y Coalición Canaria. «Dejar huérfano este deseo de pasar página –recalcó– sería una irresponsabilidad».

Si lograra franquear la puerta de la Moncloa, el líder conservador fijó los pilares básicos de los que sería su Gobierno y entre los que están la defensa de la Constitución, el impulso del Estado de las Autonomías, la preservación de la neutralidad de los poderes del Estado, y tener «un respeto escrupuloso a las sentencias judiciales». Una alusión implícita a la posibilidad de que el PSOE conceda una amnistía para todos los implicados en el 'procés', como le reclaman los independentistas catalanes a cambio de su respaldo a Sánchez.

Feijóo reconoció que no puede presentar opciones reales de conseguir que su investidura prospere pese a que su distancia para un Gobierno estaría en cuatro diputados. Pero alertó de que el PSOE está a la distancia «de una amnistía, de un referéndum de independencia y de oficializar la desigualdad de los españoles».