Carles Puigdemont tiene claro que su protagonismo debe ser absoluto en la campaña del 12-M para que Junts se alce con la victoria y por ello este martes realizó dos importantes anuncios enmarcados en el contexto electoral: el primero, que si no es investido ... president dará un paso al lado y abandonará la política de primera línea –un órdago con el fin de terminar de movilizar al electorado de los posconvergentes y apuntalar la 'OPA' a ERC en su batalla con Pere Aragonès–, y el segundo, que su regreso a Cataluña se producirá sí o sí en el debate de investidura sea o no candidato a la presidencia.
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El líder independentista, que concedió una entrevista en 'RAC 1', descarta de esta forma un hipotético regreso en plena campaña, aunque la amnistía estuviera ya en vigor y las órdenes de detenciones en suspensión. Según Puigdemont, su vuelta debe suponer «un acto más de país» que de partido. «El regreso que hemos estado trabajando durante tantos años no puede ser un acto de servicio a un partido, ni del mío», afirmaba tras incidir en que su regreso no debe ser algo personal, sino «institucional», y asegurar que no quiere «malbaratar» su «potencial» con algún tipo de actuación «simbólica».
Para el líder de Junts, con la entrada en vigor de la amnistía, se cierra «una etapa política» y se termina con el «grueso» de la «represión». Y por esa misma razón, en el caso de no conseguir ser restituido en el cargo del que fue apeado con la aplicación del artículo 155 tras declarar la independencia de forma unilateral, su opción será ejercer como expresident de la Generalitat. «Un expresident no puede estar en el Senado ni en algún consejo de administración».
Eso sí, esa posible retirada se circunscribe solo al plano institucional: el líder de Junts insistió en que espera que la política, más allá de si deja o no de participar activamente, «no le abandone nunca». Puigdemont también quiso dejar claro que no tiene intención alguna de celebrar un cara a cara con el actual president y candidato de ERC, Pere Aragonès. A su juicio, ambas formaciones tienen que «trabajar codo con codo» y no confrontar para conseguir réditos electorales. Aunque no desaprovechó la oportunidad para criticar que sea el propio Aragonès quien haya propuesto este debate. «Normalmente, al president le proponen cara a cara, no al revés».
Tampoco habrá un debate a tres entre Puigdemont, Aragonès y el candidato del PSC, Salvador Illa. El líder catalán aseguraba que la discusión tendría «poca relevancia» porque solo se podrían tratar «cuestiones autonómicas». Con quien debería debatir, insiste, es con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. «Con quien me tendré que ver no es con Illa, es con Sánchez», dijo.
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En este sentido, y al ser preguntado por una eventual reunión con el secretario general del PSOE, Puigdemont ironizó sobre la posibilidad que, según él, tantearon tanto socialistas como posconvergentes para que ambos líderes se encontrasen en «los pasadizos» del Parlamento Europeo durante la comparecencia que tuvo Sánchez en la inauguración de la presidencia española en la UE en diciembre del pasado año. Ayer Puigdemont recalcaba la «importancia» de que ese encuentro se acabe produciendo, pero como «algo serio» y no una «simple fotografía».
El anuncio del expresident de la Generalitat viene a reforzar la estrategia de personalismo que ha abrazado Junts desde el momento en que se anunció que él sería el candidato. Y de seguir estrechando el cerco sobre ERC y PSC. Ambas formaciones, precisamente, respondían ayer al anuncio del expresident del Govern tratando de quitar hierro al anuncio del líder catalán.
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La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, aseguró que desea que el candidato de Junts pueda volver a Cataluña «lo antes posible», aunque sin aclarar si Aragonès, le recibirá. Y sobre las palabras de Puigdemont, que instó al líder de ERC, a trabajar codo con codo en lugar de hacer un cara a cara, la portavoz replicaba: «Esta es una expresión que nos ha escuchado decir aquí también desde el inicio de la legislatura»..
El Gobierno también se pronunció al respecto tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros. La portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, reiteró que la Moncloa a quien se dirige es al conjunto de los catalanes y defendió que llevan proponiendo medidas «para mejorar la convivencia» desde el «minuto uno». «Sobre la decisión personal del señor Puigdemont, como de cualquier otro dirigente político, no tengo que hacer ninguna valoración. Máximo respeto a lo que cada uno decida en un futuro sobre su propia trayectoria, faltaría más».
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Y los partidos de la derecha, PP y Vox, también salieron al paso para mostrar su desdén con la figura que acapara la mayor parte de los titulares en esta campaña. Miguel Tellado, portavoz de los populares, dijo que «lo único que le interesa» de Puigdemont es que «responda ante la Justicia», mientras que desde la formación que lidera Santiago Abascal apuntaban que donde tendría que estar realmente es en la «cárcel».
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