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La Asamblea Nacional Catalana (ANC) elegirá este próximo sábado nuevo presidente. Tras la etapa de Dolors Feliu, marcada por la división y el enfrentamiento con el Govern y los partidos secesionistas, los miembros del secretariado de la entidad nacionalista deben escoger entre el cantante Lluís ... Llach, el exvicepresidente del Parlament, Josep Costa, o el escritor Julià de Jòdar. Llach fue el más votado por la militancia en la primera vuelta y parte como favorito. El ganador de las pasadas elecciones catalanas, Salvador Illa, felicitó días atrás al cantautor y dio casi por hecho que será el próximo presidente de la plataforma soberanista, organizadora de las manifestaciones de la Diada el 11 de septiembre. Es más, Puigdemont emplazó a Llach a rehacer la unidad independentista, reforzar puentes y compartir estrategias.
Sea quien sea el nuevo presidente de la ANC, bien el autor de 'L'estaca', Costa o De Jòdar, el líder de Junts tendrá un aliado en su estrategia de tratar de impedir la investidura de Salvador Illa. Los tres abogarán por la unidad independentista y por que ERC en ningún caso apoye la elección del candidato socialista. Puigdemont quiere intentar someterse al pleno de investidura, pero, si no lo consigue, su apuesta es presionar todo lo que pueda a los republicanos para que no respalde a los socialistas y haya nuevas elecciones, en las que podría concurrir en una situación más favorable, a su juicio, una vez que sea amnistiado.
Llach tomó una cierta distancia respecto al líder de Junts cuando decidió respaldar la investidura de Pedro Sánchez. Pero las diferencias fueron temporales, pues el cantante mostró públicamente su apoyo a Puigdemont en las pasadas elecciones. De Jòdar fue candidato de la CUP en el pasado pero también respaldó a Junts el 12-M. Costa fue estrecho colaborador de Puigdemont en el pasado. Los tres podrían integrar la nueva cúpula de la entidad, que en el mandato de Feliu se partió en dos por la intención de la presidenta de impulsar una candidatura electoral, auspiciada por la plataforma, proyecto que fue rechazado por la militancia.
ERC va a recibir presiones de todos los flancos. A nivel interno, el partido está dividido entre los que creen que investir a Illa es un mal menor y los que consideran que sería la causa del hundimiento definitivo de la formación. El Gobierno, los socialistas y el mundo empresarial catalán van a presionar a los republicanos para que faciliten un Govern encabezado por el candidato socialista. Junts, la CUP, la ANC y los sectores más radicales del nacionalismo apretarán a los de Junqueras para que apoyen a Puigdemont (que necesitaría además la abstención socialista) y si no que vayan a elecciones en el mes de octubre. ERCsufrió una fuerte caída en las elecciones del 12-M pero tiene la llave de la investidura.
Esquerra, de momento, ha nombrado a su equipo negociador, encabezado por la secretaria general, Marta Rovira. Y ha anunciado que la decisión última recaerá en la militancia republicana. Oriol Junqueras, presidente del partido, se apartará de la dirección del partido tras las europeas, con la intención de regresar a partir del congreso extraordinario fijado para el 30 de noviembre. Está por ver si Pere Aragonès y Marta Rovira, que han comunicado su intención de dimitir, son capaces de encontrar a un dirigente que se enfrente a Junqueras por la presidencia.
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