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Junts per Catalunya ha cargado con todo contra el Govern catalán y en concreto contra el presidente de la Generalitat, al que ha acusado de ... estar subordinado al PSOE y a Pedro Sánchez y de tener el país «colapsado». Salvador Illa lleva siete meses al frente del Gobierno catalán. Fue investido con los votos del PSC, ERC y los comunes. Sin embargo, gobierna en solitario. Tiene una posición de debilidad porque no tiene una mayoría suficiente para aprobar, por ejemplo, sus primeros Presupuestos. Pero no está contra las cuerdas porque la oposición no está mucho mejor. Junts, ante la ausencia de Carles Puigdemont, que está a la espera de regresar a Cataluña cuando sea amnistiado, ha renunciado de momento a la figura del jefe de la oposición, lo que permite al Govern atenuar su debilidad.
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha buscado este sábado el cuerpo a cuerpo con el jefe del Ejecutivo catalán y le ha atacado, aprovechando la situación de la red de Cercanías en la comunidad catalana. Los postconvergentes se aferran a las incidencias en Rodalies de las últimas semanas para cargar contra el Govern y de rebote también contra ERC, que es quien pactó con el Gobierno central el traspaso a la Generalitat. Puigdemont, en su intervención en el consejo nacional de su partido celebrado en Mollerussa (Lleida), ha afeado a Illa que se marchara el jueves pasado a Madrid, a pronunciar una conferencia para decir que «todo va como la seda», según ela versión del juntero, mientras Cataluña «se colapsa» y los «trenes no funcionan». El líder nacionalista, de forma telemática, ha criticado también al Govern por tener a una consejera (de Derechos Sociales) viviendo a caballo entre Barcelona y Madrid. Puigdemont incluso ha acusado a Illa de «abandonar la lengua catalana», de que «no le importa el sufrimiento» de la gente y de viajar a Madrid para «tranquilizar a los poderes del Estado, diciéndoles que no les molestarán para reclamar el dinero que deben a Cataluña».
Junts se ha conjurado para «reforzar la alternativa» a Illa. «Ni gestión, ni nación, ni ambición. La Generalitat se parece a Rodalies: no va, no se presenta, va tarde y mal. Tenemos una avería de gobierno en Cataluña y nuestra misión es cambiarlo«, ha asegurado en su turno de intervención, el secretario general del partido, Jordi Turull.
Junts, en cualquier caso, ha sacado pecho de estar «liderando Cataluña desde la oposición». Los postconvergentes están fuera del Gobierno catalán, pero en cambio están utilizando sus siete escaños en el Congreso para arrancar concesiones al Ejecutivo de Sánchez para que las gestione la administración catalana. Junts no está en el gobierno de Cataluña pero negocia en nombre de Cataluña. Puigdemont se ha jactado de ello. «Encontramos soluciones donde los socialistas ni las buscan», por ejemplo, en «lo que respecta a la política migratoria, el reparto de menores extranjeros no acompañados o la defensa del catalán», según Puigdemont. La delegación de las competencias de inmigración la tendrá que gestionar el Govern de Illa como si dispusiera »herramientas de Estado«, según Junts.
Y el reparto de los menores no acompañados lo han pactado entre el PSOE y Junts, puenteando al Govern, como ya ocurrió años atrás con la negociación del Estatuto entre Zapatero y Mas, dejando al Govern tripartito en segundo plano. «Son temas que no gestionaremos desde Junts, pero que trabajamos y negociamos en beneficio de Cataluña«, ha valorado Turull. Los postconvergentes han rechazado que se tache a Cataluña de insolidaria por esta cuestión. »Cataluña siempre ha sido la nación más solidaria y lo seguirá siendo», ha asegurado el número 2 del partido.
Junts ha reivindicado al Gobierno un traspaso integral de Rodalies y no un «traspaso fake», como a su juicio es el que pactaron los socialistas y los republicanos. Y confía en sumar el apoyo mayoritario del Congreso en sus propuestas legales para endurecer las penas contra los multirreincidentes o para los cambios legales contra la ocupación ilegal.
Puigdemont y Turull no han pasado por alto los últimos ataques de ERC a Junts. En concreto de Gabriel Rufián, que llamó rata a un diputado juntero y días atrás tachó de miserables a los postconvergentes. «Mientras unos insultan, los otros trabajamos. Pueden ir diciendo animaladas. Pero que no molesten porque hay mucho trabajo por hacer», ha rematado el secretario general del partido.
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