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El Parlamento catalán pondrá mañana en marcha con un pleno sin votación la cuenta atrás para una posible repetición electoral. Salvador Illa y Carles Puigdemont, los dos dirigentes que se han mostrado dispuestos a presentarse como candidatos a la presidencia de la Generalitat, tienen dos ... meses para ser investidos. Si no lo consiguen antes del 26 de agosto, las elecciones serán el 13 de octubre, en las que Puigdemont trataría de reeditar Junts pel Sí con ERC, como en 2015.
Junts ha reiterado este martes su intención de que Puigdemont se postule como candidato a la elección, aunque tenga escasas opciones de ganar la votación, ya que necesita la abstención del PSC, que ganó las elecciones de forma clara, con 42 diputados, siete más que los junteros. El líder de los socialistas catalanes ha asegurado por activa y por pasiva que de ninguna manera facilitará la investidura de Carles Puigdemont. El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha desdeñado este martes la negativa de Illa a favorecer la elección de Puigdemont y cree que su elección es tan viable como la de Illa. «Le hemos visto decir blanco y luego negro con solo una llamada del PSOE», ha señalado en Catalunya Ràdio, recordando la amnistía. Junts ha trasladado toda la presión al exministro. «Con un acuerdo con ERC, Illa decidirá si vamos a elecciones», ha afirmado.
Junts asegura que tiene más opciones que el PSC de ganar la investidura. Sus cálculos pasan por convencer primero a ERC y con la CUP sumar 59 escaños. Son más que los 48 que el PSC tiene a día de hoy garantizados con los comunes. Con 59 diputados, Puigdemont se postularía como candidato para forzar al PSC a abstenerse. «Si conseguimos el apoyo de Esquerra, el PSC deberá elegir si prefiere el bloqueo e ir a elecciones», ha señalado. En principio, Puigdemont volvería para su investidura. Turull se ha mostrado escéptico respecto a la aplicación de la amnistía, pues «no se fía» de la cúpula judicial.
La estrategia de los junteros pasa en primer lugar por tratar de dinamitar la negociación que mantienen el PSC y ERC. De entrada, los postconvergentes desvinculan las conversaciones sobre financiación de la investidura. Los de Puigdemont negocian un pacto fiscal como moneda de cambio a su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado. Si Sánchez quiere aprobar las cuentas, avisan, debe abordar la soberanía fiscal y que Cataluña salga de la Lofca.
Si Junts consigue hacer descarrilar las negociaciones entre los socialistas y los republicanos, su objetivo es que haya repetición electoral para intentar convencer a Esquerra para ir juntos en la misma lista. Turull ha hablado este martes de buscar la «complicidad» de ERC.
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