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Las excepcionales, y ahora tensas, relaciones que mantienen el PSOE y Junts miden su temperatura en el nuevo encuentro en Suiza que celebran en las últimas horas, confirmado este viernes a este periódico por fuentes independentistas y sobre el que los socialistas eluden tan siquiera ... confirmarlo resguardándose en el recurrente mensaje de que comunicarán eventuales acuerdos si los hubiera. La cita se enmarca en las reuniones en Ginebra comprometidas, con carácter mensual y mediador internacional, en el pacto para la investidura de Pedro Sánchez. Si la filtración de esta ha adquirido singular relevancia es porque se produce en puertas de la votación este jueves en el Congreso de la senda de déficit y deuda que definen las directrices de los Presupuestos del Estado, que Junts ya tumbó en julio amenazando ahora con volver a hacerlo porque el Ejecutivo no ha introducido cambio alguno en su proyecto. Una amenaza de derrota que Sánchez trata de conjurar enviando a su número tres en el partido, Santos Cerdán, de nuevo a suelo suizo, después del correctivo que Junts le infligió este martes sumando con PP y Vox para bloquear la proposición de ley gubernamental llamada a acotar los alquileres de temporada.
Puigdemont respondió entonces como suele, a través de su cuenta en la red social X, a la indignación de los partidos del Gobierno amagando con otro golpe -"Al igual que votamos que no, volveremos a votar que no" a la iniciativa que marca el techo de gasto presupuestario-, pero con un anzuelo también repetido en ocasiones precedentes: "Si la cambian, hablemos". Enrocado en la indigestión que le atribuyen los socialistas de la investidura de Salvador Illa y en medio del blindaje sobre lo que se maneja en Suiza, el expresident ha irrumpido este sábado por sorpresa otra vez en X para lanzar un críptico mensaje en el que no aclara qué terminará votando Junts este jueves, lo que parece alentar -el sino de esta legislatura- una nueva negociación sobre la bocina de resultado incierto. Y para envolver esa inconcreción intensificando su presión sobre Sánchez y marcando, al tiempo, distancias con el PP junto al que ha votado esta semana en el Congreso sobre los alquileres y en el Senado para reconocer al opositor Edmundo González como presidente electo de Venezuela.
Junts viene exigiendo, como reivindicaciones puntuales, una ejecución plena de las inversiones para Cataluña, la financiación singular que no cree garantizada con el pacto del Gobierno con ERC y que Moncloa ejecute lo pactado en enero, a fin de evitar otro trastazo al Ejecutivo, para la transferencia integral de la gestión migratoria. Si los socialistas cumplen, no habrá derrotas, condicionan pleno a pleno en el Congreso los postconvergentes. En su mensaje de este mediodía, que ha justificado ante las informaciones que constatan la disposición del PP a explorar acuerdos con Junts y el PNV para erosionar al Gobierno, Puigdemont enfatiza que el decisivo voto de sus siete diputados sobre el techo de gasto "no se decidirá con el objetivo de estabilizar o desgastar, sino en función de lo que existe en la mesa de negociación para este caso concreto".
Una forma de dejar abierta la puerta a un acuerdo hasta el último minuto, pero también de avanzar, por si no estaba claro, el martirio al que el líder de Junts tiene previsto someter a Sánchez jugando parlamentariamente partido a partido y a conveniencia. "Cada cosa tiene su negociación y objetivos. Y es necesario negociar pieza a pieza", recalca Puigdemont, antes de rematar: "Ponernos de acuerdo en una cuestión no prejuzga que en la siguiente cuestión ya estaremos de acuerdo. Y al revés: que en una no hayamos puesto de acuerdo no presupone que en la siguiente tampoco nos pondremos".
El expresident incide en lo que, a su juicio, "ni unos ni otros" (el Gobierno y el PP) "acaban de entender": que "la vocación política" de los junteros no pasa por "dar estabilidad ni desgastar a nadie" o participar de los "bloques ideológicos y las rivalidades políticas domésticas" en los que otros ya están y algunos quieren meterlos, sino por "defender Cataluña y los intereses de los catalanes". "Quien nos ayude tendrá nuestro apoyo, sea para gobernar, sea para hacer oposición; quien haga lo contrario o quien nos engañe (o maree la perdiz), que no cuente", zanja Puigdemont en un triple aviso al presidente del Gobierno, a Alberto Núñez Feijóo y, por extensión, al resto de socios de investidura.
El nuevo viaje de Cerdán a Ginebra ha suscitado hoy también la airada reacción del PP, 24 horas después de que sus dos primeros barones autonómicos, el andaluz Juanma Moreno y el gallego Alfonso Rueda, se reunieran en la Moncloa con Sánchez con el polémico pacto sobre el concierto fiscal catalán en el epicentro. "Es increíble que el Gobierno negocie los Presupuestos en Suiza y se niegue a hablar de financiación en una Conferencia de Presidentes" sin convocar, ha clamado la vicesecretaria de Educación y Sanidad de los populares, Ester Muñoz. El nuevo ministro para la Transformación Digital, Óscar López, ha sorteado las preguntas sobre la cita en Suiza con Junts para volver a cargar contra el PP por oponerse a las directrices presupuestarias privando a las administraciones que también gobiernan los de Feijóo de 12.000 millones de euros. El partido líder de la oposición insiste en replicar al Ejecutivo que le busque cuando sus socios soberanistas le fallen.
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