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El Gobierno de Argentina no tiene intención de seguir escalando el conflicto abierto con el Ejecutivo de Pedro Sánchez después de que el ministro de Transportes, Óscar Puente, atribuyera el pasado sábado al consumo de estupefacientes el comportamiento un tanto excéntrico del presidente Javier Milei . ... El portavoz de la presidencia argentina, Manuel Adorni, afirmó este lunes que por su parte el tema está ya «saldado», pero las 48 horas que la polémica estuvo abierta bastaron para convertirla en arma arrojadiza entre PSOE y oposición en plena campaña electoral.
Los socialistas reprocharon al mediodía mismo al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que no respaldara a Sánchez frente a los ataques con los que Milei respondió al comentario pretendidamente jocoso realizado por Puente ante un grupo de jóvenes que participaban en la Escuela de Gobierno del PSOE de Castilla y León. Unos ataques que la portavoz de Ferraz, Esther Peña, juzgó «absolutamente fuera de lugar». «Vemos en ese comunicado de la oficina del presidente argentino la pluma de Vox, lo que vendría a ratificar la existencia de una ‘Internacional ultra’ que actúa como una suerte de sociedad de socorros mutuos», ironizó, incluso.
En el texto en cuestión, Milei no pidió rectificación o explicación alguna a Puente sino que, por elevación, disparó contra el jefe del Ejecutivo con críticas más propias de un rival nacional que de un mandatario extranjero. Hizo alusión a «las acusaciones de corrupción que caen contra su esposa», Begoña Gómez, y lo acusó de poner en riesgo la unidad de España con sus pactos con «separatistas» y la «integridad» de las mujeres «permitiendo la inmigración ilegal». «Fue una respuesta muy menor ante una agresión», adujo este lunes Adorni.
El Ministerio de Exteriores ya se mostró este fin de semana muy crítico con el tono y los términos empleados en el comunicado del presidente argentino. «No se corresponden con las relaciones de dos países y pueblos hermanos», respondió en una nota.
En privado, los socialistas esgrimen un «Óscar es así» y se encogen de hombros cuando se les pregunta si el más pendenciero de los ministros de Sánchez no se pasó también de la raya, pero se escudan en el contexto informal en el que fueron pronunciadas sus palabras y alegan que el propio Milei no se ha caracterizado precisamente por ser cauto en sus expresiones.
El PP, en cambio, se apresuró a echar en cara al presidente del Gobierno que mientras se erige en abanderado de la regeneración democrática y contra la crispación y atribuye a la derecha el deseo de «enfangar» el debate político dé alas al ministro de Transportes. Tanto Feijóo como distintos dirigentes de su partido, desde la madrileña Isabel Díaz Ayuso al gallego Alfonso Rueda, afearon al Ejecutivo la creación de un conflicto diplomático innecesario. Y el líder de la oposición pidió incluso la dimisión o destitución de Puente.
Peña recriminó que, lejos de distanciarse del ataque de un personaje que «ha mostrado machismo, carácter ultra» ( «y cosas extrañas que no voy a detallar aquí pero que todos han podido visualizar», añadió en alusión a las conversaciones que Milei dice tener a través de una medium con su perro muerto-), Feijóo cargara las tintas contra el Gobierno; lo acusó de ponerse siempre «de parte de los extremistas y los ultras», y recordó que en 2007 José Luis Rodríguez Zapatero paró los pies al presidente venezolano, Hugo Chávez, cuando en una Cumbre Iberoamericana se lanzó a descalificar a José María Aznar.
El próximo sábado 18 de mayo está prevista una visita de Milei a Madrid para participar en un acto político de Vox, pero en principio no se espera encuentro alguno con Sánchez, que no envió a ningún representante del Gobierno a su toma de posesión (solo fue el Rey) ni lo felicitó por su nombramiento.
Pese a la enorme distancia ideológica, el presidente español sí ha sido capaz de entablar relaciones cordiales con la Italia de Giorgia Meloni. Pero el caso del presidente argentino es distinto. Ni sus políticas están moduladas por la pertenencia a la UE ni ha templado en exceso su discurso desde que llegó al poder. En su comunicado del sábado acusó incluso al jefe del Ejecutivo de poner en "peligro" a la clase media "con sus políticas socialistas que solo traen pobreza y muerte".
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