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Los socialistas y Unidas Podemos quieren que el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy declare ante la comisión de investigación del Congreso sobre el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas. Consideran que es imposible que no estuviera, al menos, informado de la actuación de esa trama policial pagada con fondos reservados del Ministerio del Interior ... . En lo que no se ponen de acuerdo, por ahora, es en llamar a declarar al líder de los populares, Pablo Casado. Los morados lo reclaman, el PSOE ve muy forzado que conociera la 'operación Kitchen', pero no lo descarta.
Los dos socios de Gobierno presentaron este jueves su solicitud de creación de la comisión de investigación en el Congreso. La Mesa de la Cámara, en la que tienen la mayoría, aprobará el próximo martes su tramitación, y la Junta de Portavoces dará después luz verde a su creación. Solo el PP ha anunciado que se opondrá. Vox y Ciudadanos no han dicho su última palabra aunque reclaman que también se investigue la financiación de Unidas Podemos. Fuentes parlamentarias apuntan que es posible que se abstengan. El resto del arco parlamentario secunda la comisión Kitchen. Es más, Esquerra Republicana, JxCat, EH Bildu, Más País, la CUP, BNG y Compromís también registraron este jueves su propia solicitud de creación de la comisión. El PNV no firmó la petición.
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El PSOE y Unidas Podemos consideran que no es posible que Rajoy no estuviera al tanto de la trama de espionaje para destruir las pruebas que pudiera tener Bárcenas sobre la financiación irregular del PP. Así lo reflejan en su escrito: «Algunas de las pruebas aportadas en el informe (de la Fiscalía Anticorrupción) apuntan al presunto conocimiento de la trama por parte de Mariano Rajoy, siendo entonces presidente del Gobierno». En el documento que pide al juez la imputación del exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y la también exministra y exsecretaria general del PP, Dolores de Cospedal, el Ministerio Público señala que señala que el espionaje fue una operación «coordinada» por el secretario de Estado de Seguridad entre 2013 y 2016, Francisco Martínez, «con conocimiento del Asturiano». 'El Asturiano' es el apodo que Villarejo y los policías de la trama adjudicaron a Rajoy, y la Fiscalía lo considera plausible. Además, el exnúmero dos de Interior se quejó con amargura en una conversación en junio del año pasado con el presidente de la Audiencia Nacional de que su «grandísimo error fue ser leal a miserables como Jorge (Fernández Díaz) Rajoy o Cospedal» en la 'operación Kitchen'.
Por otra parte, Fernández Díaz, hasta llegar a Interior, hizo toda su carrera gubernamental bajo el ala de Rajoy, al que acompañó en todos los Ministerios desde 1996. Era un hombre «de su absoluta confianza», reconocen dentro del PP. Solo cayó en el ostracismo cuando Casado se hizo con las riendas del PP hace dos años.
Tras el escrito de la Fiscalía en el que pide la imputación de Fernández Díaz y Cospedal, fuentes jurídicas ven muy probable que el juez Manuel García-Castellón acepte investigar al ex ministro del Interior, creen posible que haga lo propio con la exsecretaria general del PP y consideran inevitable que llame a declarar como testigo a Rajoy.
Por todo ello, PSOE y Unidas Podemos apuntan que está llena de sentido la citación del expresidente en la comisión de investigación del Congreso. Discrepan, en cambio, con Casado. El portavoz de los morados en la Cámara, Pablo Echenique, defendió que sea llamado a declarar porque accedió al liderazgo del PP con el respaldo de Cospedal y formaba parte de la dirección del partido desde 2015. Pero para los socialistas son argumentos «muy traídos por los pelos», y, aunque no se cierran en banda, no lo ven imprescindible. Además, argumentan en el PSOE, dejarlo fuera sería una oportunidad para que Casado se desmarque de Rajoy, un movimiento que fragilizaría más la posición del PP.
En las filas populares, además del obligado rechazo a la comisión, guardan silencio sobre la trama de Kitchen y las posibles implicaciones del Gobierno de Rajoy. «Es un tema incómodo», aceptan en el partido. Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia y próximo al exjefe del Ejecutivo, pidió este jueves que se investiguen las presuntas irregularidades, pero las «de todos». «Es necesario -dijo- investigar lo que jueces y fiscales consideren oportuno». Un planteamiento similar al que formuló el martes el líder del PP aragonés, Luis María Beamonte, partidario de que «la verdad aflore» porque «eso no hace daño a nadie» y «fortalece el sistema democrático».
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