Sánchez promete a Torra y Urkullu hacer de esta «la legislatura del diálogo territorial»

De todas las llamadas, que seguirán el orden protocolario según la antigüedad de los Estatutos, la más esperada era en realidad la de Torra. Fue Esquerra, según su propio relato, la que reclamó a los socialistas que se produjera en el ámbito de sus negociaciones para facilitar a Sánchez la formación de Gobierno, después de dos meses en los que el presidente en funciones se había negado a cogerle el teléfono por no condenar la violencia que se produjo en las calles de Cataluña tras la sentencia del 'procés'. Y el líder del PSOE accedió, aun camuflando ese particular contacto entre el resto. En realidad, el papel de los presidentes de comunidades autónomas en la investidura es nulo, pero los republicanos han ligado su posición a las cesiones de los socialistas en su batalla por la independencia.

Torra dejó ya claro hace unos días que no quiere ser tratado como uno más sino abrir una interlocución «de igual a igual» con el jefe del Ejecutivo. E incluso trató de alterar el protocolo y ser el primero en hablar con Sánchez al trasladar a la Moncloa, a través de su oficina, que sólo podría atender su llamada a las 8:00 horas de hoy. Finalmente, la conversación entre ambos ha tenido lugar pasadas las 9:15 horas, después de que el presidente en funciones haya hablado con Urkullu para asegurarle, entre otras cosas, que «está dispuesto a completar el calendario de transferencias pendientes» y para defender la apuesta del PSE por una reforma del Estatuto de Gernika que no contemple el derecho de autodeterminación (como sí hacen las propuestas planteadas por el PNV, Bildu y Podemos en el Parlamento de Vitoria).

Antes de que la Secretaría de Estado de Comunicación informara de lo abordado, en todo caso, el gabinete del presidente de la Generalitat ya se ha apresurado a ofrecer su versión, según la cual Sánchez no solo habría vuelto a reconocer «la naturaleza política del conflicto» que se vive en Cataluña sino que, además, se ha mostrado dispuesto a que ambos se reúnan para hablar de ello «cuanto antes, mejor», durante una charla de aproximadamente quince minutos. La versión del Ejecutivo matiza, sin embargo, que a la solicitud de un encuentro por parte de Torra, Sánchez ha contestado que «no tendrá problemas en realizarla cuando haya un gobierno y arranque la legislatura, como hará con el resto de los presidentes y presidentas autonómicos».

El presidente también ha trasladado a Torra que quiere «conseguir un Gobierno cuanto antes que permita dar estabilidad y encarar políticamente la cuestión de Cataluña». Y, ante la advertencia del 'president' de que mantendrá sus «principales reivindicaciones», ha replicado, según el comunicado de la Moncloa, que «defiende plenamente la independencia de la Justicia».

Al resto de responsables autonómicos, también conforme a lo relatado desde el Gobierno, Sánchez les ha comunicado su intención de celebrar una Conferencia de Presidentes anual en el Senado. Ni Urkullu ni el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acudieron a la última, celebrada en 2017. Sin embargo, el Gobierno vasco sí participó en los encuentros preparatorios de la cita que el actual Ejecutivo empezó a preparar en enero de este año y que nunca tuvo lugar. «Los otros dos ejes de esta política de normalización territorial (que se quiere impulsar) serán - dice también el texto-las reuniones bilaterales que tendrán lugar con cada uno de ellos tras la investidura».