El PSOE blande el cincuentenario de Franco contra el líder del PP y el legado de Fraga

«La tardía condena del PP a la dictadura, que a día de hoy muchos de sus dirigentes rehúsan hacer cuando se les pide, es solo la muestra de que en la gestación del partido estuvieron presentes varios ministros del franquismo», se retrotrajeron desde Ferraz, donde califican a Franco como un «problema eterno» para el principal partido de la oposición y recuerdan que es un «clásico» que en Génova se pongan «nerviosos» al hablar del dictador.

Lejos de generar consenso, la determinación del Gobierno de conmemorar el fallecimiento del fundador del franquismo, el 20 de noviembre de 1975, está ensanchando la distancia entre las dos principales fuerzas políticas del país. El PSOE ha optado por echar mano de la herencia histórica de los populares subrayando que Feijóo «tuvo como padrino político a Manuel Fraga, un franquista de manual, y eso se nota ahora en sus posicionamientos políticos respecto a la dictadura».

«Aquel gallego moderado fue un invento de marketing elevado por la prensa de derechas, y no una realidad», sostienen fuentes del PSOE, quienes tratan de hacer hincapié en que el jefe de la oposición, con la decisión de plantar al Ejecutivo en estos foros que, según Moncloa, son «por la democracia y la libertad», expone su propia debilidad como líder de la oposición.

«Feijóo logra dos objetivos: no enfadar al ala más reaccionaria del Partido Popular, encabezada por Isabel Díaz Ayuso y no ceder votos a Vox en esta cuestión», abundaron ayer los socialistas. Patxi López, portavoz parlamentario del partido, apuntaba en la misma dirección este sábado al señalar que los populares «debían decidir este 2025 si quieren ser el PP o Vox», tras igualarlos por su accion política en el ejercicio que acaba de terminar.

Los populares llevan semanas cargando contra la intención de Moncloa de llevar a cabo estos actos –el último será cerca del 20-N, cuando se cumplen exactamente los 50 años de la muerte del dictador–. Según los de Feijóo, el programa constituye solo una maniobra más del presidente del Gobierno para escapar de la cruda realidad judicial que acecha a su entorno, a su partido y a su Ejecutivo. Y oponen que lo que ellos sí celebrarán –en 2028– será el cincuentenario de la instauración de la democracia en España con el refrendo de la Constitución.