Juan Bravo. EFE

El PP da por hecho que Sánchez ha perdido el Parlamento y que solo le queda ir a elecciones

El portavoz económico de los populares, Juan Bravo, tilda de «traición» el pacto con ERC y escenifica ante Montero la quiebra en el debate sobre la financiación autonómica

Jueves, 26 de septiembre 2024, 11:11

La celeridad con que se mueven las piezas en el endiablado puzle de la política española hace que los debates acaben solapados unos por otros. La agenda de este jueves del pleno del Congreso comenzaba con la primera comparecencia de la vicepresidenta primera y ministra ... de Hacienda, María Jesús Montero, ante la Cámara baja para explicar el acuerdo con Esquerra para una financiación singular de Cataluña que habilitó la investidura en agosto del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Pero aunque la polémica por el reparto de los recursos entre las comunidades sigue abierta en canal, en plena ronda además de Pedro Sánchez con los líderes de los gobiernos autonómicos, el pacto ha desencadenado consecuencias que han situado el debate de hoy en otra dimensión: el enojo de Carles Puigdemont por el desenlace de las elecciones catalanas se ha traducido en una agudización de la debilidad parlamentaria del Gobierno.

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Una debilidad que llevó el martes al Ejecutivo a retirar la votación, justo este jueves, de la senda de estabilidad parlamentaria para no perderla a manos de los de Puigdemont y que ha planeado sobre el enfrentamiento entre Montero y el PP en torno a la financiación en la tribuna de oradores. Hasta el punto de que el portavoz económico de los populares, Juan Bravo, andaluz como la vicepresidenta y conocedor como ella de las cuentas de la comunidad más poblada del país, ha cerrado su intervención situando a Sánchez ante un callejón atorado: «Cuando un Gobierno pierde del Parlamento y solo le queda el mercadeo, su única salida es convocar elecciones», ha rematado Bravo, dando la vuelta a la polémica voluntad del presidente de seguir adelante «con o sin» el apoyo del Congreso y en alusión implícita a la nueva negociación al límite abierta por Hacienda con Junts para intentar que los secesionistas den luz verde a los márgenes de déficit y deuda, primer paso para la aprobación de los Presupuestos.

Está por ver en qué acaban las presiones de Junts y también de los socios a la izquierda -ERC ya ha trasladado su propuesta sobre la senda de estabilidad al ministerio y Podemos quiere ser tratado con la misma deferencia que la dispensada a los independentistas-; y Sánchez, que no presentará su proyecto presupuestario en tiempo y forma este 30 de septiembre como marca la Constitución, se afana en trasladar que agotará la legislatura pese a los escollos cada vez más visibles. Pero el PP está tratando de fijar el clavo en la pared de que el tercer mandato de Sánchez se descompone por momentos. Y Bravo ha aprovechado el debate con Montero sobre la financiación autonómica para martillear con ello.

«¿Cuántas humillaciones más necesitan (...) para que el Gobierno se dé cuenta de que nació enfermo y está agonizando?», ha preguntado retóricamente el dirigente popular a la ministra, antes de retrotraerse a la convulsa investidura de Sánchez de la que se cumplen diez meses y rememorar que el presidente prometió levantar «un muro» frente a la derecha y la ultraderecha «riéndose» de los españoles que votaron a los populares. «¿Dónde está hoy la mayoría progresista'», ha hurgado en la herida de una fragilidad parlamentaria que mandata a su partido, ha llegado a decir, a tener como principal obligación «defender» a los ciudadanos de la actuación del Gobierno.

Ha sido la carga de fondo de una intervención en la que Bravo ha acusado a Montero de «mentir» y «cambiar de opinión en días» sobre el modelo en que deben distribuirse los recursos entre el Estado y las comunidades porque ahora proclama lo que antes negaba: que el acuerdo con Esquerra es «bueno para Cataluña y para España», cuando, a juicio del primer partido de la oposición, el concierto propio para la comunidad catalana al margen del régimen común constituye un «golpe brutal a la igualdad», «erosiona la solidaridad» interterritorial y representa, como corolario, «una traición a los principios de convivencia».

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«De cemento armado»

Tras recordar que ERC presentó en abril una iniciativa del mismo tenor a la acordada con el PSC en julio a la que entonces Montero se opuso y acusarla de tener que defender ahora «un trampantojo» con el único objetivo de «comprar» la Presidencia de la Generalitat, Bravo ha reprochado al Gobierno que le excluya de las negociaciones y a Montero, que tenga la cara «de cemento armado» de intentar «chantajear» ahora al PP con el proyecto de Presupuestos. Si el Ejecutivo quiere un acuerdo sobre financiación, ha concluido, lo puede tener sobre la base de lo que defienden los 14 gobiernos autonómicos capitaneados por los populares. «¿No le da vergüenza -se ha encarado Bravo con la vicepresidenta- utilizar el sistema de financiación como moneda de cambio para su supervivencia política». Y ha reiterado la exigencia de que, si tiene buena voluntad, el Gobierno entregue ya 18.000 millones de euros de los fondos Next Generation europeos.

Tras Bravo, Vox ha tildado de «ilegal» e «inconstitucional» el concierto catalán fruto del «chantaje» de los independentistas. «El único camino posible es que ustedes se vayan», ha remachado el diputado de Pablo Sáez, en un momento en que la derecha radical está fuera del poder autonómico tras la ruptura de sus pactos con el PP en julio.

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