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La ofensiva del PP para intentar desnudar «la infamia» del Gobierno con la reforma legal que precipitará la salida de la cárcel de 40 etarras y la negativa del Ejecutivo a dar marcha atrás colocaron este miércoles a la víctimas en el epicentro del áspero ... debate parlamentario, con un duro rifirrafe entre los dos partidos -los populares y el PSOE- que padecieron más directamente el hostigamiento terrorista. La sesión plenaria en el Congreso comenzó con la inesperada irrupción en el hemiciclo, a la que los de Alberto Núñez Feijóo le otorgaron toda la carga simbólica, de Marimar Blanco, la hermana del concejal Miguel Ángel Blanco asesinado en Ermua en julio de 1997 e icono de la respuesta cívica contra el terror.
La bancada de sus compañeros se puso entonces en pie para ovacionar a la hoy senadora y antes diputada, lo que hizo que el presidente Pedro Sánchez tuviera que interrumpir su discurso sobre inmigración un par de minutos. Blanco tomó asiento junto al líder de su formación, Alberto Núñez Feijóo, en el escaño que habitualmente ocupa la secretaria general, Cuca Gamarra. Y desde ahí siguió un debate muy acre.
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La senadora, elogiada por los suyos por su «valentía», pidió por la mañana asistir a la sesión, según relataron fuentes de Génova, porque sabía que Feijóo comenzaría su exposición exigiendo a Sánchez que retire la modificación legislativa con el objetivo de «retratar» su negativa a hacerlo. Antes del pleno y en una entrevista en Antena 3, Blanco había calificó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como «el mayor traidor» tras haber asegurado a asociaciones de víctimas del terrorismo que jamás adoptaría una medida como la que está a punto de entrar en vigor.
La suma parlamentaria les da para sacar al asesino de tu hermano a la calle, pero esta indignidad siempre perseguirá al PSOE.
— Cuca Gamarra (@cucagamarra) October 9, 2024
Querida @MariMarBlanco_, gracias por tu valentía. Estamos contigo y con todas las víctimas de ETA. pic.twitter.com/7u56iJlxmX
Antes del pleno Marimar Blanco había calificado al titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como «el mayor traidor» tras haber asegurado antes de esta polémica reforma a las asociaciones de víctimas del terrorismo que jamás adoptaría una medida como la enmienda aprobada en el Congreso, que convalidará a etarras las penas que cumplieron en Francia. La hermana del edil asesinado hace 27 años reprobó en Antena 3 las palabras del ministro socialista y antes magistrado de la Audiencia Nacional hablando de la «dignidad» de las víctimas, llegando a acusarle de dejarlas «totalmente abandonadas y olvidadas».
Más de seis horas más tarde, y con el ambiente ya muy caldeado, el portavoz de los populares, Miguel Tellado aprovechó una pregunta a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero para exhibir las fotografías de los socialistas asesinados por ETA a modo de acusación contra Sánchez de traicionarlos. María, la hija de Juan Mari Jauregi, y Josu, el heredero de Florián Elespe, salieron en defensa de la memoria de ambas víctimas denunciando la falta de «respeto» de Tellado y su «carroñería» por utilizar a sus progenitores.
Por su parte, el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, también echó en cara a los populares que Iñaki Bilbao, el asesino de otro concejal, Juan Priede, fuera acercado a cárceles vascas por su «buen comportamiento» durante la segunda legislatura de José María Aznar.
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