Feijóo se ofrece a Junts y PNV para activar una moción de censura contra Sánchez

La gravedad de los hechos conocidos a lo largo de la mañana desembocó en la comparecencia de Feijóo, pasadas las dos de la tarde, justo después de la votación de las enmiendas pendientes del pacto fiscal. El jefe de la oposición anunció entonces –sin decirlo de forma expresa– su disposición a encabezar una moción de censura para acabar con este Gobierno «sin credibilidad». «Yo no tengo los votos para cambiar al Gobierno, pero si alguno de los socios quiere acabar con todo esto estoy a disposición para abrir una nueva etapa en nuestro país», apuntó un Feijóo que estaba señalando de forma directa, aunque sin mencionarlos, a dos de los actuales socios del secretario general del PSOE: Junts y PNV.

En la dirección nacional del principal partido de la oposición son conscientes de que, aunque por razones distintas, los de Carles Puigdemont y los de Andoni Ortuzar son los dos únicos aliados que podrían desmarcarse del bloque de investidura que hizo presidente de nuevo a Sánchez hace un año. Ambos partidos no comulgan en muchas cuestiones ideológicas con el resto de socios, que están más escorados a la izquierda, y recelan de la relación que el Ejecutivo ha fraguado los últimos años con ERC y Bildu, sus respectivos competidores en Cataluña y el País Vasco.

Antes de ser investido Sánchez, de hecho, el PP ya intentó, aunque sin éxito alguno por estar ligado a Vox, que estas formaciones se inclinaran por Feijóo en el intento que el líder gallego realizó en septiembre de 2023 para ser presidente tras vencer el 23-J. Ahora confían en que la «deriva judicial» de Moncloa les haga recapacitar para no pagar en el futuro el hecho de haber sostenido a un Gobierno «corrupto».

«Sánchez quería conocerme», «pagué 250.000 euros a Ábalos», «todo el Gobierno conocía la visita de Delcy Rodríguez» son algunas de las frases que Aldama dejó en su comparecencia y que Feijóo se encargó de repetir desde el escritorio de la Cámara Baja. Una bomba política que los populares digirieron con calma, dejando pasar los minutos antes de comparecer ya con toda la intervención del comisionista analizada. De hecho, el primero en pronunciarse, a primera hora de la mañana en los pasillos de la Cámara Baja, era Miguel Tellado, portavoz parlamentario de los conservadores. «Está declarando Aldama y al final ha decidido tirar de la manta y que todo se sepa. Por eso dice que el presidente del Gobierno le dijo aquello de 'gracias por todo lo que estas haciendo'», afirmaba el dirigente gallego cuando aún no había trascendido todo lo vertido por el supuesto cabecilla de la trama protagonizada por el exasesor del ministro José Luis Ábalos, también imputado en la causa y que ayer se ausentó del pleno en el Congreso a pesar de continuar en el Grupo Mixto.

Algo más tarde también salía al paso el portavoz y vicesecretario de Cultura de los populares. Borja Sémper, que incidió en que «quien tiene que dar explicaciones es quien está siendo interpelado». «Y el principal responsable es el presidente del Gobierno. El deterioro del gobierno es evidente. Todo es lamentable».

Juan Bravo, portavoz de Economía del PP, fue el encargado de defender la postura del partido en el debate sobre la reforma fiscal. Pero aprovechó para –además de criticar a Moncloa asegurando que «negociar así demuestra que estamos ante un gobierno inviable y una legislatura fallida»– referirse también a este asunto. «Ya sabemos que Teresa Ribera no ha tenido tiempo de ir a Valencia, pero sí pudo reunirse en su día con Aldama», señaló después de que el comisionista haya involucrado también a la vicepresidenta tercera.

El propio Sánchez se refirió también a la oferta lanzada por Feijóo. Y pese a asegurar que le merece «todo el respeto» lo hizo con cierto desdén. «Sería una buena oportunidad para que planteara una alternativa de gobierno que a día de hoy no se conoce», ironizó al finalizar la votación de la reforma fiscal desde el patio de la Cámara Baja.