Sumar, socio minoritario del Gobierno de coalición, propició este martes que el PP infligiera una nueva derrota parlamentaria, la 37ª en la legislatura, al PSOE. Lo hizo absteniéndose en la toma en consideración de una reforma de la Ley de Defensa Nacional impulsada por los ... populares para que la ayuda militar al exterior tenga que pasar por el Legislativo, escenificando la división de los dos socios del Gobierno de coalición. La iniciativa salió adelante con 174 votos a favor, 30 abstenciones -entre ellas, la del exministro socialista José Luis Ábalos-y 144 en contra.
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La coalición de izquierdas y el partido de Alberto Núñez Feijóo se intercambiaron mutuamente las abstenciones para aprobar sendas leyes: la impulsada por el PP para que el envío de armamento y las nuevas misiones de Defensa en el extranjero tengan que ser aprobadas por el Congreso y la de Sumar, para que los usuarios puedan reclamar al banco cláusulas abusivas en la amortización de la hipoteca. Un intercambio de cromos que contribuyó a visibilizar la debilidad parlamentaria del PSOE a las puertas de la negociación de los presupuestos generales del Estado.
Con el debate de su iniciativa, el PP volvió a poner a prueba los disensos del Gobierno y los partidos que componen el bloque de investidura con un texto que ya fue aprobado en el Senado y fue enviado a la Cámara baja donde sigue abierto el plazo para presentar enmiendas.
Pese a calificarla de «pequeña trampita», Sumar reconoció que la estudiaría «con cariño» y que negociaría hasta última hora con la formación conservadora. Durante un debate en el que solo Vox avanzó su apoyo, el PP se enfrentó al reparo de su iniciativa por dos cuestiones. La primera, que la propuesta ya estuviera en el Senado -«es una falta de consideración al procedimiento legislativo», adujo el diputado socialista José Antonio Rodríguez Salas-. La segunda vino de la falta de «credibilidad» que algunas formaciones achacan al PP. Néstor Rego, diputado del BNG, atacó al PP por hacer «demagogia» y «defender en la oposición lo contrario de lo que hicieron en el Gobierno» mientras que ERC tildó la proposición de «meramente táctica y oportunista».
Desde Podemos admitieron que la propuesta «seguramente sea mejor» que la actual pero aún la consideran insuficiente y adelantó una serie de enmiendas para que el periodo de duración de las misiones militares no sean votadas cada cinco años sino cada dos y que a partir de ese año sean votadas anualmente. Los morados también reclaman que se prohíba el envío de armas a países que «estén cometiendo genocidio y no respeten los Derechos Humanos», como hace ahora Israel, señaló Javier Sánchez Serna.
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No es la primera vez que la política de Defensa causa desavenencias en el seno del Gobierno. En 2022 desató una crisis en la coalición -entonces formada por PSOE y Unidas Podemos- por la entrega de material militar a Ucrania. Este martes el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy pidió por carta a la titular de Defensa, Margarita Robles, que suspenda definitivamente la compra de material israelí.
En mayo, otra carta firmada por Bustinduy advirtiendo a las empresas españolas con intereses en Israel del «genocidio» en la Franja de Gaza derivó en un nuevo cisma con el ala socialista del Gobierno.
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