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Pompeyo González, el jubilado burgalés de 75 años que está siendo juzgado por la Audiencia Nacional como presunto autor del envío de seis cartas explosivas a varias instituciones a finales de 2022 por su apoyo a Ucrania, se ha declarado este martes «inocente» en una ... breve declaración ante los medios de comunicación al salir del tribunal. «Esperamos que se haga Justicia», ha añadido el acusado, a quien la Fiscalía reclama 22 años de prisión por delitos de terrorismo y que declarará este jueves en la vista oral.
Tras concluir este martes la segunda sesión del juicio, el que fuera funcionario del Ayuntamiento de Vitoria, donde trabajó como enterrador, ha descartado responder si fue el autor del envío de los sobres, pero ha avanzado que tiene la intención de defender su inocencia y responder a todas las preguntas en la tercera y última sesión del jueves. Incluidas a las cuestiones que plantee la fiscal Ana Noé, que le imputa un delito de terrorismo con resultado de lesiones y un delito de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos, inflamables o incendiarios con finalidad terrorista.
Este martes, el tribunal presidido por Alfonso Guevara también ha escuchado a Mykola Velychko, el trabajador de la Embajada de Ucrania que resultó herido por la explosión de uno de los sobres explosivos. «Si no fuera por un anillo que llevaba me habría quedado sin el dedo. El anillo se quedó desfigurado y por eso lo salvé», ha explicado a los magistrados.
El testigo, que trabajaba como administrador y también se encargaba de la seguridad en la legación en Madrid, ha indicado que el 30 de noviembre de 2022 recibió un sobre que «contenía una cajita de color blanco». «Entreabrí un poco la caja, estiré el brazo y lo tiré fuera porque vi unos objetos metálicos sospechosos. Busqué un sitio seguro en el patio al lado de un árbol y ahí fue cuando se produjo la explosión», ha relatado.
Mykola, que reclama una indemnización por los daños sufridos (1.500 euros), ha asegurado que lo que le hizo desconfiar fue que en el sobre no aparecía la dirección del remitente. La explosión, ha añadido, también le afectó la «parte frontal de la cabeza» a causa de las astillas de la caja, y le dejó «muy aturdido» durante los primeros instantes.
El tribunal también ha podido escuchar la declaración de la persona que entregó el paquete al herido: la secretaria del embajador. «Recibí un correo que trajo personal de Correos. Contenía un sobre que no tenía ninguna dirección indicada. Puesto que estaba dirigido personalmente al embajador y no contenía dirección le di el sobre al administrador que estaba en este momento», ha explicado. La mujer estaba a unos tres metros de Mykola cuando él abrió el sobre y le dijo que se apartase. «Vi un poco de humo, pero más que nada lo escuché. Fue bastante fuerte, como (si estallasen) cinco o seis petardos», ha descrito.
El cartero que entregó el paquete de unos dos o tres centímetros de grosor pudo escuchar la detonación cuando continuaba con el reparto en otro edificio colindante. «A unos 50 metros escuché como un petardo grande, y dada la proximidad de la Navidad me dije: ya están tirando petardos», ha apuntado.
Quién también ha dado cuenta de otro de los paquetes presuntamente enviados por el acusado ha sido una trabajadora de la empresa aragonesa Instalaza, dedicada al material de defensa. Ese sobre, sin embargo, no llegó a explotar. «Mi compañero Ramiro, que es vigilante de seguridad, me avisó de que había llegado un paquete que parecía extraño. Lo inspeccionamos y a mí también me lo pareció. Iba dirigido al señor director de Instalaza. No era una carta comercial, llevaba una etiqueta escrita. Lo dejamos en una habitación aislada», ha explicado.
Las preguntas de la defensa de Pompeyo González a dos peritos especializados en explosivos ha provocado la intervención del presidente del tribunal, que ha reprendido a la letrada. «La carga explosiva (de las cartas) eran unos siete gramos, ¿es inferior a un petardo común que se vende para la feria? He mirado en Internet el contenido de un petardo común y está bastante por encima, tiene unos 70 gramos», ha espetado la abogada, a lo que el magistrado Guevara replicó: »Vamos a ver, que le pregunte al perito vale, pero que traiga como contraperito algo de Internet no lo había visto nunca y no lo voy a admitir. Haber propuesto a un perito«.
Por otro lado, también han declarado los peritos que se encargaron de realizar el cotejo caligráfico de los sobres que fueron dirigidos a la ministra de Defensa, al director de Instalaza y a Presidencia del Gobierno. Tras el análisis de las imágenes que les fueron remitidas y el estudio de los propios sobres llegaron a la conclusión de que todos ellos habían sido preparados y escritos «por la misma persona». Todos los indicios recabados apuntan a Pompeyo González, pero él defenderá su inocencia este jueves.
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