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Las palabras y las cosas

Llama la atención que la palabra «democracia» conserva todo su prestigio y es invocada para todo

Pere Vilanova

Barcelona

Jueves, 14 de septiembre 2017, 19:52

Habrán observado que nuestra vida en sociedad, situación estructural inevitable excepto para los ermitaños de larga duración, no es cosa fácil. Poco a poco generamos distorsiones del lenguaje que no estaban planificadas, y ello se convierte en un nuevo paradigma de comportamiento social. Un ejemplo ... que llama la atención es que la palabra «democracia» conserva todo su prestigio, tiene únicamente connotaciones positivas, y es invocada para todo. Lo que sucede en Cataluña, si fijamos la atención en lo que dicen los portavoces soberanistas o independentistas, es la expresión de una profunda aspiración democrática, mientras que el gobierno de España no sólo es antidemocrático, sino que padece además de urnofobia (extraño neologismo llamado a perdurar), y durante cinco años se le ha tachado de tener una «muy baja calidad democrática». Mientras, los partidos españoles contrarios al proceso soberanista catalán, lo califican de profundamente antidemocrático y consideran que es según algunos nazi, o simplemente nacionalista (con toda la connotación negativa que se pueda añadir al caso catalán, pero no a la invocación de la nación española).

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