La Policía busca huellas y rastrea el envío postal de las cartas amenazantes

Según fuentes policiales, los agentes han activado el protocolo habitual para este tipo de situaciones, bastante habitual en la Audiencia Nacional, por ejemplo, durante la existencia de ETA. Se trata de analizar la presencia de alguna huella en los documentos que permita identificar al autor o autores. En el caso de los proyectiles, la Unidad de Balística procederá a su análisis para determinar en la medida de lo posible su identificación.

De forma paralela, se rastrea el envío postal de las cartas y se tiene previsto tomar declaración a los trabajadores de Correos que hayan podido manipular las misivas desde el pasado lunes para reconstruir el recorrido desde el buzón de Madrid hasta las dependencias de Interior y la Guardia Civil. Una vez establecida la trazabilidad de los sobres se procederá a la revisión de las cámaras de la zona, añaden las citadas fuentes, en busca de perfiles potenciales.

Aunque se espera tener resultados en un breve periodo de tiempo, los informantes asumen la complejidad de identificar al autor, ya que se trata de un envío postal ordinario, no certificado, por lo que su seguimiento es más complejo si no hay huellas en las cartas.

En el caso de Grande-Marlaska, la misiva decía textualmente: «Tienes 10 días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional, Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos», y en el interior había dos cartuchos sin percutir del calibre 7,62x51 mm.

La directora de la Guardia Civil recibió el jueves la carta y denunció estos hechos ante la Unidad Central Operativa (UCO). El sobre lo recepcionó su secretaria a primera hora de la tarde y contenía en su interior una nota amenazante anónima con un cartucho del calibre 7,62 mm.

Al líder de Podemos y candidato a la Comunidad de Madrid también se le ha remitido una carta de estas características a través de dependencias del Ministerio del Interior. Dentro había cuatro balas de gran calibre, que se asemejan a las usadas con 'cetme' o un «fusil de asalto». El escrito indica literalmente: «Pablo Iglesias Turrión has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer, tus padres y tu estáis sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agota».

En su denuncia, Iglesias entiende que estos hechos constituyen una «grave amenaza contra su vida y la de su familia, dado que se trata de una amenaza que incluye material de guerra, que en apariencia es real y es usada como arma de fuego de gran calibre». Luego detalla que al tratarse de una bala que corresponde a un fusil de «precisión y potencia» la misiva amenazante fue remitida por una persona que tiene acceso a este tipo de armas de fuego.

Finalmente, Iglesias demanda que se practiquen diligencias y se inicie una investigación judicial, dando traslado de la denuncia a la Fiscalía y reclamando que se incorporen a estas pesquisas el resultado de la Policía Científica.