Podemos gana aire ante Díaz y apuntala su entente con los independentistas

Belarra se resarce después semanas cuesta arriba por el 'solo sí es sí', el orillamiento tras los consejos de ministros y el lanzamiento de Sumar

Viernes, 14 de abril 2023, 20:03

La prolija escenificación del pacto para alumbrar la nueva ley de vivienda no solo evidenció una estrategia -la cesión por el Gobierno de Pedro Sánchez del protagonismo inicial a dos socios esenciales como ERC y EH Bildu- y una clara intencionalidad política y electoral -hasta ... tres ministros y otros tantos portavoces parlamentarios se sucedieron ante los micrófonos a lo largo de la mañana para vender las bondades de la norma que ha costado sangre, sudor y lágrimas negociadoras-. La proyección del acuerdo permitió medir, también, el estado del pulso entre Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz, una variable de la que no va a poder desprenderse la coalición transformada en tripartito mientras no medie un cese de hostilidades entre ambas partes. Y este viernes, después de semanas cuesta arriba por la reforma del 'solo sí es sí', el orillamiento tras los consejos de ministros y el impacto del lanzamiento de Sumar, el alborozo reinaba en las filas de los morados, con la ministra Ione Belarra a la cabeza.

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La abierta sonrisa con la que la secretaria general de Podemos compareció a mediodía para pronunciarse sobre un acuerdo que calificó de «histórico» tuvo mucho de satisfacción genuina, pero también de resarcimiento propio. Como subrayan en su entorno, Belarra comenzó a negociar la nueva regulación sobre vivienda «en otra vida»; es decir, cuando era secretaria de Estado con Pablo Iglesias aún de vicepresidente del Gobierno y tenía como interlocutor al hoy exministro José Luis Ábalos. «Quienes hemos dado la murga infinita con esta ley hemos sido nosotros», redondean en el partido morado. Yolanda Díaz quiso recalcar el trabajo de todos ministerios implicados citando también el suyo -Trabajo- y situó la nueva ley como ejemplo de «política útil» que mejora la vida de los ciudadanos. Pero la vicepresidenta, de viaje en Portugal, lo dijo lejos del epicentro donde bullía el remate del pacto.

A diferencia de otras cuestiones delicadas en las que Díaz o se ha desmarcado de la beligerancia de Podemos -el envío de armas a Ucrania- o ha dejado entrever su incomodidad -la defensa a ultranza del 'solo sí es sí' por Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero-, Podemos no duda de que esta ley cuenta con el plácet de la número tres del Gobierno. Pero cosa distinta es su implicación en las negociaciones. Y aquí aún escuece entre los morados un episodio de hace meses, cuando Díaz era la interlocutora con los socialistas en la elaboración de los Presupuestos y el partido dedujo que había renunciado a pelear por el cambio legislativo que acota el coste del alquiler.

La mayoría posible

Las tensas relaciones entre Díaz y Podemos no solo obligan ahora a cuestionarse por la postura de la una y de los otros en los asuntos que competen al Consejo de Ministros, sino que permean también la órbita del bloque de la investidura. Los morados siempre han llevado a gala ser ellos el coagulante que termina de adherir a Sánchez con la izquierda independentista. Este viernes, Iglesias alabó «la generosidad» de ERC y EH Bildu, «clave», escribió en Twitter, «para entender qué alianzas permiten los cambios y los avances».

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Una felicitación que evidencia cómo Podemos se atribuye el tanto de haber acabado convenciendo al PSOE, con su insistencia, de que no cabía otra mayoría para sacar adelante la norma. El subrayado del peso de la entente con la izquierda soberanista, frente a socios «conservadores» como el PNV o el PDeCAT, constituye un aviso a navegantes ante la próxima legislatura para Sánchez pero también para Díaz, que las tuvo tiesas con ERC en la reforma laboral.

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