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Adolfo Lorente y Alberto Surio
Domingo, 16 de abril 2023, 02:00
La estrategia de Pedro Sánchez es clara: menos «ruido» y a los hechos, «a las cosas del comer». «Educación, pensiones, reforma laboral... Ahora tocaba la Ley de Vivienda y hemos cumplido. Dejará de ser un problema para convertirse en un derecho constitucional», subraya. Estamos en ... precampaña y el 28-M es clave para barruntar qué pasará en las generales de diciembre. «La economía sonríe a España», enfatiza. Pero los hechos también hablan de la guerra abierta entre Podemos y Sumar, del varapalo que ha supuesto la marcha de Ferrovial a Países Bajos o de la polémica reforma de la 'ley del solo sí es sí'. Y aquí, en la entrevista concedida este sábado en Bilbao, donde encabezó el homenaje en memoria del histórico dirigente de los socialistas vascos Rodolfo Ares, el presidente del Gobierno no tuvo reparos en «pedir perdón a las víctimas por los efectos indeseados de la ley».
- Acaban de pactar la Ley de Vivienda, uno de los hitos importantes de la legislatura, con Esquerra y Bildu. Ellos, de hecho, han sido quienes se han puesto la medalla del acuerdo. ¿Son sus socios preferentes?
- Primero, deberíamos felicitarnos por el acuerdo. A través del compromiso público, transformamos en un derecho, un derecho constitucional, lo que para buena parte de la ciudadanía, sobre todo los jóvenes, es un auténtico problema, como es el acceso a la vivienda. Era un compromiso de legislatura. Educación, pensiones, reforma laboral... Tocaba la Ley de Vivienda y es lo que hemos logrado. En relación con la aritmética parlamentaria, creo que muchas veces a lo largo de esta legislatura se ha planteado el debate de por qué son los partidos nacionalistas los que apoyan esos avances y no, por ejemplo, el PP. Y esa es la pregunta. La pregunta no es que esos avances sociales vengan avalados o respaldados por distintas formaciones nacionalistas, sino que todos esos avances sociales los hemos logrado con el PP en contra, a pesar del PP y sin el PP.
- Ya han comenzado a surgir las primeras críticas a la ley, advirtiendo de una restricción de la oferta de alquiler.
- Nuestro objetivo es convertir la vivienda pública en un derecho y no en un problema, comprometiendo a la Administración en la construcción masiva de vivienda pública. Esa será la única manera de poder lograr resolver el grave problema de la emancipación, en particular de los jóvenes. España tiene unas tasas intolerables en comparación con Europa. Además, uno de los elementos fundamentales es la prohibición de la venta a fondos buitre de vivienda pública, algo que se hace sistemáticamente por parte de los gobiernos conservadores con sus recetas neoliberales.
- La reforma de la ley del 'solo sí es sí' ha conllevado ya la rebaja de penas de un millar de condenados y la puesta en libertad de un centenar de agresores sexuales. ¿Tenía que haber dimitido alguien en su Gobierno?
- La ley de 'sí es sí' es una buena ley que sitúa de nuevo a España en la vanguardia de lo que es la protección de las víctimas de agresión sexual en un plano absolutamente integral. Y efectivamente, ha habido un efecto indeseado. Algunas de esas excarcelaciones o revisiones no son definitivas, aún pueden ser recurridas, pero en todo caso se ha provocado un efecto indeseado que ni el Poder Ejecutivo ni el Legislativo contemplaron pero que tenemos que resolver. El planteamiento que ha hecho el Grupo Parlamentario Socialista es respetar el corazón de la ley, respetar el consentimiento como el elemento central de la ley, pero debemos dar una respuesta desde el punto de vista jurídico y técnico, no político.
- ¿Pero alguien debería haber asumido alguna responsabilidad política?
- Lo que sí le puedo decir es que si hay que pedir perdón a las víctimas, yo pido perdón a las víctimas por estos efectos indeseados. Creo que ningún diputado, incluso los que han votado en contra de esta ley, está a favor de rebajar las penas. Por tanto, pido perdón a las víctimas y vamos a poner una solución a estos efectos indeseados porque es la mejor manera de defender la propia ley.
- ¿Cómo van a aprobar la reforma, con el apoyo del PP?
- Con el apoyo de los grupos que estén dispuestos a respetar el corazón de ley pero a resolver desde un punto de vista jurídico y técnico estos efectos indeseados. Antes les decía que el PP vota sistemáticamente en contra de los avances sociales, pero en los casos en los que se pueda contar con el apoyo de la derecha si es para el bien de una causa feminista, como es la de corregir esos efectos indeseados, bienvenido sea.
- ¿Preside un Gobierno de coalición con tres socios?
- Yo presido un Gobierno de coalición. Soy secretario general del PSOE desde 2014 y siempre he reclamado la autonomía de los proyectos políticos. Y si yo he defendido esto, debo respetar la autonomía de otras formaciones como Podemos y Sumar para resolver sus diferencias. ¿Cuál es mi deseo desde ese respeto? Que las piezas encajen en el puzle.
- Pero desde un punto de vista de gestión interna, ¿teme que Yolanda Díaz pierda autoridad a ojos de Ione Belarra e Irene Montero y decidan ir por libre?
- Más allá del debate público, lo importante de cómo se evalúa a un Gobierno es por su acción. Los hechos. Hemos logrado una reforma de las pensiones con paz social, una reforma laboral con paz social, la Ley de Vivienda... En un contexto tan difícil, primero con la pandemia y luego con la guerra, el Gobierno de coalición puede calificarse con una nota alta.
- ¿Le preocupa que estas divisiones debiliten a la izquierda en las urnas y pongan una alfombra roja a la derecha?
- Está por ver cómo se solucionan estas diferencias. Pero si queremos reconstruir todo lo roto durante la década de respuesta neoliberal a la crisis financiera y queremos consolidar los avances logrados en beneficio de la clase media y trabajadora de nuestro país, España necesita una década de políticas progresistas.
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- ¿Con los mismos socios de investidura?
- Hombre, a mí me gustaría contar con una mayoría más amplía. Por eso, cuando lleguen las elecciones generales, voy a pedir una confianza mayoritaria para tener un Gobierno mucho más fuerte. En mi investidura dije que esta iba a ser la legislatura del diálogo y lo está siendo a todos los niveles.
- Hay encuestas que apuntan a un trasvase de votos del PSOE a Sumar. ¿Se han pasado de frenada 'promocionando' a Yolanda Díaz frente a Podemos?
- Soy líder del PSOE desde 2014 y desde entonces se han dicho muchas cosas, pero al final el PSOE es la gran opción y la organización política que claramente lidera la izquierda y que tiene un proyecto político propio que no solo responde a las exigencias de equidad del conjunto de la mayoría social de nuestro país, sino también de eficiencia. Fíjense, la economía está sonriendo a España por encima de la media europea y esto no solo es un éxito del Gobierno, es un éxito de país. Si algo ha quedado demostrado es que la socialdemocracia gestiona mucho mejor la economía que la derecha.
- Hablando de la derecha, usted reprocha al PP que pacte con Vox y ellos que usted lo haga con Bildu. ¿Qué desgasta más? ¿Son equiparables estos extremos?
- Que yo sepa el PSOE no gobierna con Bildu y el PP si lo hace con Vox. Al PSOE le separa un abismo de Bildu. Cuestión distinta es que puntualmente nos podamos entender para avances sociales, como la reforma de las pensiones o la Ley de Vivienda. En el caso del PP, en este año largo de Alberto Núñez Feijóo hemos visto cambios. Han pactado el primer Gobierno de coalición con la ultraderecha en Castilla y León; han pasado del 'no' a la abstención en la moción de censura y acabamos de ver en Doñana, que pese a tener mayoría absoluta, convergen con Vox para perpetrar esta agresión. Hay un gran riesgo de que después del 28-M se formen gobiernos del PP con Vox que van a involucionar a las sociedades.
- ¿Y el PSOE gobernará con Bildu?
- No lo tenemos contemplado bajo ningún escenario.
- El president Aragonés ha presentado un proyecto de claridad para Cataluña que desemboca en un referéndum pactado. ¿Hay margen para la negociación sobre esta propuesta?
- La propuesta de Aragonès y de ERC, si algo demuestra políticamente, es la enorme distancia que nos separa y, por tanto, la importancia del diálogo, de abandonar las posiciones maximalistas, para llegar a acuerdos. No solo la Constitución española, ninguna Constitución del mundo reconoce el derecho a la secesión. Una de las lecciones que tiene que aprender el independentismo catalán es que después de la pandemia y ahora con la guerra lo que estamos viendo es una aceleración del proceso de integración europea. El proyecto independentista de separación, como tal, es más propio del siglo XIX y del siglo XX que del siglo XXI.
- ¿Y cuál es la solución?
- Lo importante es que el independentismo sea honesto con la sociedad catalana y reconozca que hay que ir a fórmulas de entendimiento y de encuentro en sociedad. Y no lo no digo yo, sino la propia encuesta del CEO catalán en la que la mayoría está a favor de seguir perteneciendo a España.
- Pero será consciente de que los nacionalistas, y no solo en Cataluña, le van poner como condición para seguir apoyándole en una futura legislatura que abra el debate sobre el modelo de Estado para reconocer la España plurinacional.
- Fíjense, aterrizando esa pregunta en Euskadi, donde tanto el PNV como Bildu han planteado la revisión y reforma del Estatuto de Gernika, durante esta legislatura hemos abordado como no se había hecho durante muchísimos años el proceso de transferencia y cumplimiento de ese Estatuto y hemos rebajado la conflictividad institucional que nosotros heredamos de la Administración del PP. El PSOE siempre ha abogado por el autogobierno. Abrir debates sobre los instrumentos que necesita, en este caso el Gobierno vasco, para abordar la revolución tecnológica, la transición ecológica, la cohesión social, las oportunidades o la reindustrialización es lo que importa a la gente, no tanto la identidad.
- Pero el tema identitario vuelve a estar en el debate...
- Hoy, tras la pandemia y con la guerra, los debates de la ciudadanía tienen que ver con las cosas del comer, con la educación de nuestros hijos, con la atención sanitaria de nuestros familiares y seres queridos, con el acceso a la vivienda, con la pensión... Es a esos debates a los que tenemos que dirigirnos. La liga del ruido, la descalificación y el insulto se la dejamos toda a la derecha y a la ultraderecha. Nosotros a la gestión, que es donde está la principal preocupación de la mayoría social.
- ¿Abrirá el polémico melón de la financiación autonómica esta legislatura?
- Es cierto que toca revisarlo, pero también que nos hemos enfrentado a cuatro años extraordinarios y, aun así, hemos logrado aumentar la financiación autonómica ya que nuestro Estado de bienestar está en manos de las comunidades autónomas. Cuando llegué al Gobierno, nos encontramos 3.000 profesionales sanitarios menos que cuando Rajoy fue elegido presidente; hoy tenemos 90.000 profesionales sanitarios más y estamos abriendo la mayor oferta de plazas MIR de la democracia. Quiero decir con esto que la revisión de la financiación autonómica es un debate pendiente, pero el Gobierno de España ha demostrado compromiso con las autonomías y su financiación.
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