Luis Cayo Pérez
Luis Cayo Pérez
Luis Cayo Pérez (Calasparra, Murcia, 56 años) vivirá este jueves una jornada histórica como presidente del Cermi, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, que agrupa a más de ocho mil asociaciones y da voz a los 4,3 millones de españoles con ... alguna discapacidad. Él mismo seguirá desde la tribuna de invitados del Senado (a donde se han trasladado las sesiones del Congreso por obras) el pleno que aprobará la tercera reforma constitucional en 45 años, la que modifica el artículo 49 de la Carta Magna para sustituir el término 'disminuidos' por el de 'personas con discapacidad'.
Publicidad
Se trata de una larga reivindicación del colectivo –20 años ni más ni menos–, que saldrá adelante con el acuerdo del 90% de la Cámara baja. Únicamente Vox baraja abstenerse y por otras cuestiones políticas. Una vez tenga la luz verde del Congreso, el texto se enviará al Senado donde se espera que se apruebe en febrero. El último paso sería su publicación en Boletín Oficial del Estado (BOE).
–Este jueves deja de ser disminuido…
–Sí, las personas con discapacidad vamos a estar más cómodas en la Constitución. La habitación que nos tenía reservada la Casa Común era el artículo 49, pero no era acogedora. Desde hoy será una casa más habitable y más cómoda para todos los españoles, con independencia de que tengan o no una discapacidad.
–¿Se siente compensado tras 20 años de reivindicaciones?
–Ha habido desaliento y frustración, pero esas desazones y amarguras quedan olvidadas con el logro de haber conseguido un bien general para el país. Desde la discapacidad, un grupo que históricamente ha estado en la periferia, hemos cuidado y ensanchado la democracia y la hemos hecho mejor con esta reforma.
Luis Cayo nació en 1967 en la localidad murciana de Calasparra. Siendo un bebé de meses, un accidente le provocó una parálisis del plexo braquial que le afectó al brazo izquierdo, más débil y con menor movilidad que el derecho. Realizó estudios jurídicos especializándose en Filosofía moral y del Derecho y desde 1995 trabaja en el sector social de la discapacidad. Lleva casi 25 años ligado al Cermi, organismo que dirige desde 2008.
Con profundas inclinaciones literarias (además de estudios jurídicos y empresariales, es escritor, poeta y traductor), le apasiona la conversación pausada, salir a pasear con Guzmán, un perro de aguas, y Lupe, una labradora, y sobre todo la lectura. Estos días saca tiempo por las noches para 'Los miedos», una novela sobre la historia de un niño que se enfrenta al mundo escrita por el gallego Eduardo Blanco Amor. Fue finalista del Premio Nadal en 1961 y la ha reeditado Cátedra.
«He peleado la buena pelea, he corrido la carrera, he guardado la fe», es lo que aparece escrito en su estado de guasap y en su perfil de la red social X. Es una frase del Evangelio de san Pablo cuando el apóstol hacía una recopilación de su vida y la resumía así. Más allá del concepto religioso, Cayo dice que la elección del lema responde a que la vida es una pelea, «pero yo me inclino hacia las buenas batallas»; «y que tenemos que correr la carrera que nos venga para llegar al final de la vida con la fe de que podemos legar algo mejor de lo que nos ha tocado».
Sin hijos, su pareja, la primera en felicitarle, le ha dicho que tanta entrega, tanto tiempo dedicado al colectivo de personas con discapacidad, tantos años invertidos en tratar de eliminar el término 'disminuidos' de la Constitución, «han acabado mereciendo la pena».
–¿De quién se acuerda?
–De muchas personas con discapacidad que estuvieron en esta lucha y no van a poder ver este cambio. A esos activistas con discapacidad les dedicamos esta reforma. Y en especial a las mujeres con discapacidad porque en la redacción completa del artículo, la Constitución cita por vez primera a las mujeres y las menciona de mano de la discapacidad.
Publicidad
–Son protagonistas de la tercera reforma constitucional en 45 años, ¿es para estar orgulloso?
–¡Mucho! Es un refuerzo positivo para las personas con discapacidad y sus familias, pero también es un ejemplo valioso para otros sectores con problemas.
–El lenguaje puede ser cruel...
–¡Y doloroso! El lenguaje puede convertirse en arma arrojadiza y amenazante. Estoy seguro de que los constituyentes del 78 cuando utilizaron el término disminuidos no tenían voluntad de herir. En el imaginario colectivo se entendía que disminuido valía para las personas con discapacidad, y hay que agradecerles que se acordaran de nosotros.
Publicidad
–¿Recuerda cuando se hablaba de subnormales, paralíticos, retrasados, mongolitos? ¿Sigue escuchando esos insultos?
–Nuestro idioma es tan rico que tiene las palabras más hermosas y las más hirientes e irrespetuosas. Y todavía hay vestigios. En la tertulia de algún medio de comunicación he escuchado palabras malsonantes que ni se deberían emplear por educación.
–¿Se sienten cómodos con el término 'personas con discapacidad'? Hay quien defiende otros como personas con capacidades diferentes, con diversidad funcional, necesidades diversas…
–Lo que aceptamos la inmensa mayoría es 'personas con discapacidad', centrando la atención en 'persona' y después en una circunstancia que es 'con discapacidad'. La discapacidad no define a la persona, simplemente la acompaña. Pero no podemos caer en eufemismos que implican una especie de aceptación vergonzante de lo que eres o en recurrir a nombres perifrásticos, como 'capacidades diferentes', escamoteando lo que es la realidad. La discapacidad no es algo agradable, nos origina discriminación, desigualdad, mayor pobreza y exclusión. Es un elemento que castiga y tiene que decirse para poder actuar sobre ella.
Publicidad
–¿Qué le gustaría ver en el artículo 49 dentro de otros 45 años?
–Quizá encontremos una expresión más respetuosa y aún más identificatoria, pero ahora mismo no la tenemos. Creo que 'personas con discapacidad' tiene vigencia y vocación de permanencia.
–Han sido capaces de poner de acuerdo a Sánchez y Feijóo, eso ya merece un aplauso…
–Jajaja, pues sí. En esta fracturada y convulsa vida política española que ya dura demasiado hemos conseguido que aparquen sus diferencias. La discapacidad está más allá de las ideologías, pero, ¿por qué no puede ser un estímulo para que se pongan de acuerdo en otros ámbitos?
Publicidad
–Vox es el único partido que no ha confirmado su voto a favor; de momento ha anunciado su abstención.
–Vamos a confiar en que podamos tocar su fibra más comprometida y cambien el sentido del voto. En todo caso, no habrá ningún voto en contra de la reforma.
–El léxico es importante, pero mañana van a seguir necesitando mejores accesos, viviendas más habitables, menos barreras... ¿qué piden a los políticos?
–Que cuando juran o prometen la Constitución hagan honor a la palabra dada y ayuden a que ningún español con discapacidad sea castigado por esa situación.
Noticia Patrocinada
El retrato robot de la discapacidad en España sería el de una mujer mayor de 60 años a la que le quedan al menos 20 o 30 años de esperanza de vida y cuya discapacidad ha sido sobrevenida, es decir que no nació con esa discapacidad y no la ha tenido en su juventud y en su madurez. A ese nuevo perfil, distinto al de hace 45 años, cuando se aprobó la Constitución del 78, se le suma también el de los niños y jóvenes con discapacidad. «Vemos que nacen menos niños con discapacidad, pero los que nacen van a necesitar apoyos más extensos y continuados a lo largo de su vida porque antes no se salvaban y ahora sí. Y sobre todo vamos a tener muchas discapacidades en la franja de los 30 años, con las enfermedades mentales y la accidentalidad, y en la franja de los 60 y 70 con las situaciones de pérdida de autonomía personal asociadas al envejecimiento», señala Cayo, que no olvida el doble frente que sufren las mujeres maltratadas víctimas de la violencia machista. «Ahí nos enfrentamos a dos realidades. Las mujeres con discapacidad son objeto de mayor número de ataques, pero también la violencia de género provoca discapacidad», advierte.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.