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Tengo un trabajo en España. ¿Quién está dispuesto a hacerlo?». El mensaje, más o menos literal, lo publica un nick en un grupo cerrado de Telegram al que sólo se puede acceder por invitación. Empezó llamándose Franklin Saint en honor a un personaje de la ... serie 'Snowfall' (2017), un ambicioso traficante de drogas de 19 años en plena epidemia del crack en Los Ángeles. Tras la detención de uno de sus soldados, decidió cambiar de nombre, y se rebautizó como Donald Trump, igual que el nuevo presidente de Estados Unidos. Es lo que la Policía considera un 'broker' del crimen, una (mala) suerte de intermediario que recibe el encargo de una organización mafiosa y busca al ejecutor.
En el grupo se subasta el próximo ajuste de cuentas en la Costa del Sol. Son varios los candidatos que se ofrecen y el 'broker' los emplaza a hablar en privado a través de un canal más seguro. Pudiera pensarse que los aspirantes al puesto son experimentados sicarios con sangre fría, nervios de acero y puntería certera. Pero no es así. El único requisito exigido es que sea menor de edad. Porque el reproche penal, en caso de ser identificados, es mínimo. Y al no ser miembros de la organización, las mafias, cuando les contratan, se distancian aún más de los asesinatos que ordenan cometer. «Son como una especie de cortafuegos», apunta un mando policial con años de experiencia en la materia.
El objetivo es un traficante «muy importante» afincado en la Costa del Sol. El lugar de la ejecución, la puerta del gimnasio al que suele acudir a diario. El elegido para el trabajo, un joven sueco que, por su corpulencia, altura y también por su frialdad, puede engañar. Pero solo tiene 17 años. El 'broker' corre con los gastos del vuelo de Suecia a Málaga y el alojamiento en un hotel de la provincia. El plan es que consiga un patinete para desplazarse -y también para huir- y que vigile al objetivo para conocer un poco más sus hábitos y las medidas de seguridad que adopta.
El elegido ya ha terminado con los preparativos. Se ha teñido el pelo y ha comprado guantes y pasamontañas. En breve, recibirá el arma, un AK-47, también conocido como Kalashnikov, un subfusil de asalto y, por tanto, armamento de guerra. La orden es disparar a matar. Pero la Policía Nacional frustró el crimen cuando ya era inminente. Las autoridades suecas descubrieron el viaje del menor y avisaron a sus homólogos españoles, que lo detuvieron en Torremolinos momentos antes de que recibiera el arma. El objetivo ni siquiera se enteró de que alguien había colocado una diana sobre su cabeza y sigue yendo al gimnasio como si nada.
40.000 euros
e incluso menos, cobran los sicarios adolescentes por un encargo de asesinato por el que antes se pagaban 60.000 euros.#El peligro de la #escasa profesionalidad
No se trata de un caso aislado. Los agentes especializados en la lucha contra el crimen organizado perciben un cambio de tendencia y muestran abiertamente su preocupación por el uso de adolescentes como sicarios en ajustes de cuentas, una tendencia que comenzó en los países nórdicos y que ha empezado a expandirse por el Viejo Continente. De ahí que este tipo de operaciones cuenten con una financiación especial de la Unión Europea. «Es algo que aquí comenzamos a atisbar, pero que en Suecia, Holanda o Dinamarca ya está asumido. Es una prioridad absoluta para nosotros, no podemos permitir que el fenómeno vaya a más», reflexiona un agente dedicado a investigar estos casos.
Aunque no se puede atribuir a menores, porque los autores aún no han sido identificados, muchos de los tiroteos registrados en el último año en la Costa del Sol tienen la firma de delincuentes poco profesionales. Prueba de ello es que casi todos los 'eventos', como los denominan en la Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado (Udyco), se han saldado con heridos por disparos, pero no muertos. La consecuencia más clara es que han descendido los delitos de asesinato, pero han aumentado los de lesiones graves. Y pese a que en algún caso concreto se pueda interpretar como un aviso, en la mayoría de ellos obedece a la poca pericia de los pistoleros.
En Suecia, país donde se registraron más de 300 'eventos' con bombas el año pasado, y donde se está librando una cruenta guerra por el control de las calles que ha obligado a las autoridades a movilizar al Ejército para patrullar contra jóvenes o incluso menores, los sicarios adolescentes han colocado artefactos explosivos en la casa equivocada, o han irrumpido con un Kalashnikov en un gimnasio y han disparado al objetivo erróneo. «Esa escasa profesionalidad supone un mayor riesgo social, porque pueden matar a personas inocentes ajenas a este mundillo. Pero es que al final son niños a los que simplemente se les ha dado un arma», apunta otro investigador. Y eso tiene consecuencias en el precio de los encargos. Así, de los 60.000 euros que se podían pagar por un ajuste de cuentas hace cuatro o cinco años se ha pasado a 40.000 euros, o incluso menos. «Para un menor eso es como si le hubiera tocado la lotería», apostilla el agente.
«Los jefes [de las organizaciones criminales] se están alejando de la figura del sicario profesional y buscan este perfil de menores asesinos para resguardarse», afirma uno de los mandos policiales entrevistados para este reportaje. «No es la imagen del típico adolescente -continúa- que podemos tener en la cabeza. Son chavales perfectamente aleccionados, metidos desde muy pequeños en el mundo delincuencial, habituados a portar y a manejar armas de fuego. Vienen de una trayectoria muy violenta y muy precoz, ya que pudieron cometer su primer delito con 12 o 13 años». Al parecer, ellos mismos se ofrecen para perpetrar «su asesinato» cuando les queda poco para cumplir los 18 años, lo que supone escalar peldaños en el escalafón de la mafia.
300 acciones
con bombas se perpetraron el año pasado en Suecia, un país en el que se está librando una cruenta batalla por el control de las calles.
Cuando estos menores son detenidos, o no llevan a cabo correctamente su cometido, los 'brokers' pueden llegar a hostigar a su familia para que devuelvan el dinero del viaje. Ocurrió en el caso del menor arrestado en Torremolinos, al que habían encargado el crimen de un traficante importante en la puerta del gimnasio. Según las investigaciones policiales, comenzaron a extorsionar a sus padres y a amenazarles de muerte si no devolvían los 10.000 euros que los organizadores habían invertido en los gastos del viaje, el alojamiento y la manutención del adolescentes en la fase preparatoria del asesinato. La Policía siguió tirando del hilo y dio con el 'broker', que presuntamente gestionaba una red de menores asesinos desde su cuarto en Alicante. Para su asombro, resultó ser otro chaval. Sólo tenía 15 años.
La Policía lo llama 'la espiral del crimen organizado', aunque es más bien un círculo. Como cada vez hay más 'vuelcos', es decir, robos entre narcos, hay que armarse. Como cada vez hay más tiroteos, derivados de los 'vuelcos', hay que armarse. Y como con cada ajuste de cuentas hay otra cuenta pendiente, hay que armarse. Pese a los buenos resultados del 'plan Marbella', con un fuerte refuerzo de la presencia policial en las calles, las Fuerzas de Seguridad del Estado han detectado en el último año y medio un aumento «muy sustancial» de la presencia de armas de fuego, a menudo de guerra, en España, sobre todo en la Costa del Sol. Los agentes especializados en este ámbito temen que cuando finalice la guerra de Ucrania se liberen al mercado negro las armas de los soldados, como ocurrió en los Balcanes. Ya hay indicios de ello. En uno de los ajustes de cuentas investigados en el último año en la provincia, la Policía intervino una ametralladora Colt como la que utiliza el Cuerpo de Marines del ejército estadounidense, tan nueva que se sospecha que viene del conflicto de Ucrania.
Los agentes creen que su padre, un hombre de nacionalidad sueca, aunque nacido en Europa del Este, habría sido el artífice de una red clientelar entre las diferentes organizaciones criminales con las que mantendría contactos. Él también fue detenido y se le imputaron, además, delitos de tráfico de drogas y de armas, en concreto una partida de fusiles de asalto que se distribuyó por medio continente. En la investigación, la Policía registró una conversación donde le manifestaba a su hijo lo orgulloso que estaba de él.
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