Los países que sí han pedido perdón por su pasado

No es la primera vez que España se ve ante la tesitura de disculparse por su pasado. En 2015, el ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó una ley para que los descendientes de sefardíes -judíos españoles- que fueron expulsados en 1492 de la península pudieran recuperar la ciudadanía española. La normativa pretendía corregir entonces «una injusticia de más de 500 años».

En 2018 la comunidad judía volvió a ser receptora de otro perdón histórico, esta vez por parte de Canadá. Durante la Segunda Guerra Mundial, el país norteamericano rechazó un barco con 907 judíos que fueron considerados «indignos» de tener un hogar. El presidente Justin Trudeau se sintió en la obligación de reparar tal agravio y acabó disculpándose.

Durante la Segunda Guerra Mundial los bombardeos contra la población civil cómo método de generar terror en el enemigo alcanzaron su auge en número de víctimas. Uno de los episodios más devastadores fue el uso de la bomba atómica sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki por parte de bombarderos estadounidenses. El episodio, que acabó con la derrota incondicional de Japón, fue rescatado por el expresidente Barak Obama cuando visitó ambas localidades en 2016 y recordó a las más de 240.000 personas que murieron

El Imperio Japonés también dejó un rastro de sangre y dolor en aquellas regiones que se anexionó durante su expansión en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno se ha disculpado e indemnizado a las conocidas como «mujeres de consuelo», unas 200.000 esclavas sexuales de Corea del Sur, Birmania, Filipinas o Indonesia.

Volviendo a la conquista de América, el papa Francisco se disculpó en 2015durante una visita oficial a Bolivia por la complicidad de la Iglesia Católica en «el salvajismo» de muchos de aquellos hechos históricos. No fue el único pontífice que lo hizo, su antecesor Juan Pablo II pidió perdón por la quema de protestantes en las guerras de religión, la ejecución de Juan Hus en 1415 o los ataques cruzados a Constantinopla en 1204.

Durante más de dos siglos, el Imperio Británico controló a más del 70% de la población mundial, desde Asia hasta América. En muchas de estas regiones la mano de obra usada para levantar plantaciones, infraestructuras o vías de ferrocarril era esclava. Sin embargo, este no fue el motivo de disculpa cuando en 2013 solo pidieron perdón al pueblo kikuyu de Kenia por lo abusos a los que fueron sometidos durante la campaña de contrainsurgencia contra la guerrilla Mau Mau en los años 50.

El presidente de Francia, Emmanuele Macron, sorprendió a propios ya extraños tras calificar en 2018 como «crimen contra la humanidad» la ocupación francesa de Argelia durante el siglo XX. Sin embargo tuvo que rectificar, sus palabras no sentaron bien a los 'pieds noirs' ('pies negros' en español), como se conoce a los colonos que se vieron obligados a abandonar el país norteafricano en 1962 durante su independencia.

Uno de los países cuyos ciudadanos más se avergüenzan de su historia reciente es Alemania. Los políticos germanos han sabido asumir su responsabilidad por el Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial y han promulgado leyes en contra de la exhibición de símbolos nazis o el recuero del dictador Adolf Hitler.