Olona lanza una opa a Vox con la vista en las generales

El lugar escogido por la exdiputada alicantina para su primera rueda de prensa ante los medios tras abandonar Vox el 29 de julio por problemas de salud fue la sala Inca Garcilaso de la madrileña Casa de América. Allí, Olona endureció su discurso contra los de Santiago Abascal y acusó a algunos de sus excorreligionarios de lanzar «bulos dolorosos» contra su ella. «Especialmente –reprochó– aquellos que están intentando minar mi credibilidad, obviando que yo nunca dejaré de formar parte de la historia de Vox».

La exdirigente de la formación ultraderechista aclaró que no ha vuelto a hablar con el presidente de su partido, pero recalcó que continúa manteniendo el contacto con «grandes amigos, compañeros y simpatizantes que ocupan cargos orgánicos». No obstante, dio a entender que con ellos se relaciona «de forma discreta» por las represalias que estos podrían sufrir por parte la dirección.

La abogada del Estado –en excedencia hasta diciembre–, insistió en lo que viene esgrimiendo desde que soltó amarras con Vox: el impulso a un nuevo partido ahora fragmentaría el espacio político con el que se identifica. Pero no lo descarta a largo plazo, lo que sugiere un intento de OPA contra su antigua formación. «Si la voluntad de los españoles es que vuelva a asumir su voz representándoles en el Congreso tendrá lugar, pero siempre y cuando mi irrupción no ponga en riesgo el necesario equilibrio para formar el próximo Gobierno». Es decir, Olona aguarda a un eventual mal resultado de Vox en las autonómicas y municipales.

La exdiputada aseguró que ella es la única que sufraga los gastos de su fundación. Hasta el momento ha abonado los 10.000 dólares necesarios para registrarla en Panamá, donde el 20 de octubre abrió su primera sede. En España, uno de sus primeros golpes de efecto pasará por tratar de promover una iniciativa legislativa popular (ILP) en el Congreso para revocar los «573 millones de euros» del Ministerio de Igualdad. Si consiguiese recabar las 500.000 firmas que necesita –se da un plazo de nueve meses–, Olona regresaría a la tribuna del Congreso para defender su propuesta a pesar de carecer de escaño.