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Hay un punto de la agenda de la reunión de ministros de Asuntos Europeos de la Unión Europea del próximo 29 de enero que llama la atención, precisamente, por su ausencia. Tras el fin de la Presidencia española del Consejo de la UE y por ... primera vez en cinco meses, la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego no se debatirán a nivel ministerial. El asunto, clave para lograr el apoyo de Junts a la investidura de Pedro Sánchez, se 'cae' así, de la agenda provisional, elaborada por la Presidencia belga.
La inclusión de las tres lenguas en el régimen linguístico comunitario se abordó hasta en cuatro ocasiones a petición de España, sin embargo, con el final de su semestre rotatorio, la falta de avances en este sentido fue uno de los reproches del líder de Junts, Carles Puigdemont, al presidente Sánchez. Los trabajos continúan a nivel técnico. En diciembre, la Comisión Europea avanzó -en un informe preliminar- que la implementación de las tres lenguas tendría un coste aproximado de 132 millones de euros al año (44 millones por lengua).
Ante las dudas económicas planteadas por algunos Estados miembros, España se ofreció a sufragar ese coste, a diferencia de lo que ocurre con el resto de idiomas. Pero aún quedan flecos por cerrar para que Bruselas complete su informe de gastos, como la forma en la que funcionará el «periodo transitorio» que planteó el ministro de Asuntos Exteriores,José Manuel Albares, y que enfadó a los partidos nacionalistas vascos y gallegos por su intención de «priorizar» la implementación del catalán sobre las otras dos lenguas para agilizar el proceso.
Y, a falta de que Bruselas aclare todos los detalles económicos, las reticencias políticas, jurídicas y prácticas se mantienen. Países como Suecia, Finlandia e Irlanda temen que esta iniciativa genere un precedente y que otras lenguas minoritarias reclamen la oficialidad. El ministro Albares, por su parte, ha señalado en repetidas ocasiones que la propuesta española recoge la especificidad «única» de España y ha puesto como ejemplo que la oficialidad del gaélico tardó dos años en conseguirse.
España ya no ostenta la Presidencia del Consejo de la UE por lo que ya no tiene control sobre la agenda de las reuniones ministeriales. Sin embargo, el secretario de Estado para la UE, Pascual Navarro, aseguró en diciembre que Bélgica –que comienza ahora su semestre rotatorio– se ha comprometido a que la propuesta siga adelante. El trabajo continúa pero, por el momento, a nivel técnico, lejos de la mesa de los ministros de los Veintisiete.
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