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A falta de una semana para que la convalidación de la reforma laboral llegue al Congreso, las negociaciones erosionan al bloque de investidura y a la coalición. El texto pactado por patronal y sindicatos no convence a socios clave del Ejecutivo en esta legislatura. Mientras ... el PSOE busca reunir votos de cualquier color político, en Podemos insisten que «saldrá adelante con el bloque progresista», como afirmó este lunes el portavoz de los morados, Pablo Fernández.
El socio minoritario del Gobierno mantiene contactos con ERC, EH Bildu y PNV a través de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y cree que «habrá avances esta semana», aunque no desvelan si el texto se modulará o se alcanzarán pactos fuera del texto de la reforma.
Todo en un contexto en el que las relaciones entre Esquerra y el Gobierno están en su momento más delicado. La secretaria general adjunta de la formación, Marta Vilalta, advirtió ayer a Moncloa de las «consecuencias» que tendría un acercamiento a Ciudadanos. Aviso que llega después de que su portavoz parlamentario,Gabriel Rufián, fuera crítico con lo que considera «un proyecto personalista» (en referencia a Díaz) y exigiera cambios en el decreto ley, algo a lo que no están dispuestos ni PSOEni la CEOE. Desde Bildu, Arnaldo Otegi ya avanzó al líder del PSE, Eneko Andueza, su negativa a apoyar la reforma.
La líder de Cs, Inés Arrimadas, reconoce que los suyos mantienen contactos con el PSOE, aunque el apoyo de los naranjas sería en vano si el bloque de investidura se mantiene en el no.
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