Montero niega el concierto para Cataluña y ERC amenaza con retirar su apoyo a Sánchez

En un intento de tender puentes con el resto de regiones, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, negó la mayor sobre un cupo catalán. «Ni es un concierto económico ni es una reforma del modelo de financiación. Y cualquiera que diga otra cosa, miente», defendió a capa y espada en una comparecencia ante los medios de comunicación en Rota (Cádiz).

Las declaraciones de la ministra de Hacienda cayeron como un jarro de agua fría en las filas republicanas, que reaccionaron unas horas después recordando al Gobierno que los tratos entre ERC y los socialistas van más allá de la Generalitat. «El PSOE necesita el apoyo de ERC en el Congreso para sacar adelante diferentes medidas, como pueden ser los Presupuestos Generales del Estado. Si los socialistas incumplen su palabra con la financiación singular u otras medidas incluidas en el acuerdo, ERC retirará su apoyo y los socialistas tendrán que buscar otras alternativas o convocar elecciones», adviertieron en un comunicado.

Una postura que puede tensionar aún más la ya de por sí ajustada mayoría parlamentaria que sustenta al Gobierno de Pedro Sánchez si se arriesga a perder los siete escaños de Esquerra en la Cámara baja.

El texto del pacto no recoge expresamente la denominación de «concierto catalán» pero desde ERC sí se había celebrado haber arrancado a los socialistas un pacto fiscal por el que Cataluña «gestionará, recaudará, liquidará e inspeccionará» el 100% de los impuestos a través de una reforma de la Ley Orgánica para la Financiación Autonómica (LOFCA).

Montero, a quien como ministra de Hacienda el asunto afecta de lleno y que se había refugiado en un silencio elocuente las últimas semanas tras haber rechazado antes de la investidura de Illa cualquier cesión de la totalidad de los tributos a cualquier comunidad, rechazó este miércoles de forma contundente el término 'concierto económico catalán'. «Lo podemos llamar como queramos, pero la única experiencia de nuestro país de concierto es el vasco y el navarro», zanjó Montero, rebajando las expectativas de los soberanistas.

La número dos del Gobierno, que en la toma de posesión de Illa avaló en su totalidad el acuerdo, no aportó ningún detalle más sobre la letra pequeña de la propuesta -de la que sólo ha trascendido la versión de ERC- y se limitó a defender que lo pactado es «una fórmula para profundizar en el autogobierno al que aspira Cataluña» negando que exista un «agravio» económico para el resto de territorios.

Pese al marco de «serenidad» que trata de dibujar el Gobierno, las presiones de ERC se suman a las que todavían subyacen entre la cúpula socialista y los barones territoriales. La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, reconoció este miércoles que aún no ha hablado con Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha y uno de los líderes más críticos a este modelo de financiación que califica de «un privilegio».

Atendiendo a la tesis del Ejecutivo y teniendo en cuenta que la modificación de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) se antoja complicada -requiere una mayoría en el Congreso a la que algunos socios del Gobierno ya han dado la espalda- se abren algunas posibilidades.

Una de ellas es que en la propia ley de financiación autonómica se introduzca alguna disposición adicional al final que se refiera exclusivamente a Cataluña y detalle cómo se gestionará esa recaudación, gestión y liquidación del 100% de los impuestos y la cuota de solidaridad. Otra, que la Agencia Tributaria española y la catalana alcancen un acuerdo bilateral para que se materialice.