Montero y Belarra acentúan la incomodidad en Sumar con el 'sí el sí' al enrocarse en la ley

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, y algunos de los primeros espadas de la formación ya reconocieron durante la campaña electoral del 23-J«fallas» en dicha norma. «Se pudo haber hecho mejor», señaló la vicepresidenta segunda, ahora en funciones, pese a que ella misma votó en contra de su reforma cuando el PSOEla registró en solitario en el Congreso. Una respuesta, la de la líder gallega, que provocó entonces tiranteces con Podemos, en un momento en el que el espacio político encaraba unas generales cruciales y donde debía imperar la unidad y la disciplina para evitar una fracaso como el de las autonómicas y locales celebradas dos meses antes.

Las urgencias y la proximidad de las urnas acabaron calmando las aguas. Pero ahora, sin embargo, la cuestión de las consecuencias del 'sí es sí' estalla en un momento mucho más delicado, en que las formaciones que componen Sumar pugnan por hacerse un hueco en el futuro Gobierno de coalición, si este se reedita. En Podemos, con su secretaria general, Ione Belarra, a la cabeza, insisten en que su número dos debería seguir ocupando la cartera de Igualdad, un extremo que no termina de ser compartido por Díaz y su plana mayor, que ya dejaron dejó fuera a la líder morada cuando se negociaron las listas de la coalición para el 23-J.

Para colmo, la decisión del TSJN llegó un día antes de la reunión prevista para hoy de los 31 diputados del Grupo Plurinacional de Sumar. Un conglomerado necesitado de equilibrios y cuotas al estar formado por siete partidos distintos entre los que se encuentran los cinco parlamentarios de Podemos. El encuentro, en el que Díaz tomará la palabra en primer lugar a modo de apertura del curso político, tiene también por objetivo buscar una coordinación parlamentaria entre todas estas organizaciones.

Aunque no se esperan divergencias en este primer día de colegio, como avanzan a este periódico desde el grupo parlamentario, los morados llevan semanas amagando con actuar con autonomía en el hemiciclo después de sentirse agraviados por quedarse fuera del reparto de portavocías en la Cámara baja. Piden, al menos, que se reconozca su presencia en la coalición y su peso histórico en el espacio político con un ministerio en el futuro Gobierno. Pero la cartera de Igualdad se ha convertido, al mismo tiempo, en objeto de deseo para el PSOEy en una especie de patata caliente para la cúpula de Sumar.

En este tira y afloja, Belarra y Montero encabezarán el sábado un encuentro con la militancia en el madrileño Círculo de Bellas Artes –estaba previsto celebrarlo en Lavapiés, «donde todo empezó», pero se cambia por la previsión de lluvias–. La idea es insuflar ánimos en la organización y definir «la nueva hoja de ruta a seguir». La ministra de Igualdad tendrá un especial protagonismo en una cita en la que se destacará, según explican fuentes del partido, «el alto coste que, en ocasiones, ha tenido que asumir por impulsar los avances sociales».

En Podemos, como siempre han mantenido, no renuncian a defender a capa y espada la que fuera norma estrella de Igualdad en la pasada legislatura. La propia Montero reaccionaba a la decisión del TSJN recuperando el argumento con el que trató de convencer a los socialistas para que estos frenaran su reforma del 'sí es sí': culpar a los jueces por una «mala» aplicación de la misma. «El consentimiento y el derecho a la libertad sexual deben ser garantizados por todos los poderes del Estado. Esta decisión del TSJN es muy dolorosa», escribió en sus redes sociales. Belarra calificó de «incomprensible» la decisión judicial. «La reacción machista opera desde muchos lugares», zanjó.