Monasterio deja su cargo tras constatar que la dirección de Vox puede decidir ahora «a dedo»

Monasterio, que en principio iba a seguir ocupando su escaños en el Parlamento madrileño, se ha personado hoy en la sesión de la Cámara pero con la intención de renunciar a su puesto como un gesto «lógico y honesto» tras ser apartada del liderazgo en la comunidad que estaba cuestionado tras la mayoría absoluta cosechada por la popular Isabel Díaz Ayuso en las autonómicas del 28 de mayo de 2023. Y ha acompañado la entrega formal de su acta de unas declaraciones en las que, después de subrayar también que el partido en Madrid es el más potente del país en cuanto a militantes, ha querido dejar claro que Abascal y su secretario general, Ignacio Garriga, tienen ahora la «potestad de nombrar a dedo» al siguiente comité ejecutivo regional, fijado para este noviembre, gracias a «las sucesivas enmiendas que se han hecho de y se han ido presentando a los estatutos».

El abandono de Monasterio sucede al de Iván Espinosa de los Monteros, su pareja y exportavoz de Vox en el Congreso, y quien ejercía también esas labores en la Cámara, Macarena Olona, entre otros cargos que o bien se han marchado de la formación de extrema derecha o se han alejado de la dirección. La ya exdiputada ha confirmado que deja toda actividad política, «un acto de servicio a España y a los españoles» que le ha robado horas de vida familiar y que no ha concebido para tener «un puestecito del que vivir eternamente». Su compañero Javier Ortega-Smith, distanciado también de Abascal, ha avalado «el derecho» de Monasterio a irse del escaño «y de criticar. Este es un país libre».